Miguel Ángel Perera de alta
El torero Miguel Ángel
Perera fue dado de alta en la clínica Altollano de León al norte de España,
donde estuvo ingresado desde el domingo tratándose la lesión cervical que se
produjo toreando el pasado día 22 en Alicante (este), pero aún se desconoce la
fecha de su reaparición.
Redacción
La Tauromaquia
Perera, que
sufrió contusión sin desplazamiento de la séptima vértebra cervical, debe
recuperarse también de la grave cornada de 23 centímetros que
recibió en la cara posterior del muslo derecho, que afectó a tres músculos
(sartorio, semitendinoso y semimembranoso) aunque sin tocar vasos principales.
La herida
en la pierna "está cicatrizando bien y cada día va teniendo mucho mejor
aspecto", pero el problema ahora es saber cuándo estará recuperado al cien
por cien de la lesión cervical, "pues aunque el TAC al que fue sometido
ayer descartara una posible intervención quirúrgica, es una dolencia que tarde
en curarse", informaron fuentes familiares.
"Por
lo pronto va a tener que guardar como mínimo una semana de reposo absoluto,
llevando un collarín, a la espera de que la lesión vaya remitiendo poco a poco,
y será entonces cuando Miguel Ángel vuelva a entrenarse y pueda establecer con
más precisión los plazos de recuperación y su vuelta a los ruedos", añadió
la fuente.
Miguel
Ángel Perera resultó herido durante la faena de muleta a su primer toro, de la
ganadería del Puerto de San Lorenzo, el pasado viernes en Alicante, cuando en
la segunda tanda por la derecha al astado se venció y le hirió en el muslo,
propinándole además una fuerte voltereta, de la que cayó de cabeza en el ruedo.
No
obstante, Perera se mantuvo en el ruedo con la pierna ensangrentada hasta dar
muerte al animal, al que acabó cortando las dos orejas, para pasar a
continuación por su propio pie a la enfermería de la plaza.
Una vez
estabilizado, el torero pacense fue trasladado a la clínica Perpetuo Socorro de
Alicante para ser intervenido de una cornada de más de 20 centímetros de
pronóstico grave.
Perera quedó ingresado tres días más
hasta que comenzaron a surgir los dolores en la zona cervical y continuos
mareos, provocados por la fuerte voltereta que sufrió, momento en el que el
torero, de forma voluntaria, optó por desplazarse a León para ser tratado por
expertos en este tipo de lesiones.
José Tomás y "El Juli" en
gran tarde de toros
El torero José Tomás
volvió a los ruedos con un triunfo grande de tres orejas y una inmensa
dimensión de su toreo, saliendo a hombros junto al "Juli", que cuajó
también una gran tarde al desorejar por partida doble a sus dos toros en
Badajoz.
No fue una
corrida habitual por las connotaciones mediáticas que la rodeaban. El hecho de
estar José Tomás influyó mucho en la manera de plantearla, en su desarrollo y
en la forma de verla.
Para
empezar, la gente que llenaba la plaza como pocas veces se ha visto el coso de
Badajoz desde su inauguración hace 45 años, había venido fundamentalmente por
José Tomás. Todo estuvo, por tanto, en función de las evoluciones del mítico
torero.
A Padilla
le apremió el público en su primero para que abreviara en vista de que el toro
no daba mucho de sí. Toro, sin embargo, que apuntó calidad, pero con el que se
cebó el picador en el caballo. Un desmedido castigo que se acusó en la muleta.
El toro
quería ir por abajo, pero quedándose corto y apagándose enseguida. Padilla no
tuvo más remedio que aligerar su labor después de tres tandas por la derecha
que no pasaron de lo superficial.
Muy
motivado por el triunfo que llevaban ya los compañeros, en el cuarto salió
Padilla a "revientacalderas" con larga cambiada en tablas y lances de
mucha vehemencia. Esta vez puso tres pares de banderillas en ambiente de
clamor.
La faena de
muleta, con el toro a menos, sin embargo, mantuvo buen nivel, toreando con
cadencia, pasándoselo muy cerca, sobre todo en el parón final. Hubo también
desplante y espaldinas de rodillas. Lo que se dice Padilla en estado puro. De
ahí la oreja pese al pinchazo que precedió a la estocada.
El primero
de José Tomás salió corretón, abanto y yéndose suelto, hasta que lo pudo fijar
el torero en el mismo platillo, con una especie de medias chicuelinas, de manos
bajas, de poco ajuste y mucho gusto.
El picador
midió mucho el castigo en varas, y aún así flojeó a la salida del puyazo y hubo
protestas, aunque más que blando lo que pasaba es que el animal andaba
descompasado.
Tomás abrió
faena de muleta con tres estatuarios y un recorte con fondo de olés. En las
primeras series a derechas el toro perdía las manos por abajo y protestaba por
arriba. Así que no apretó Tomás en las dos tandas siguientes.
El toreo
fue ligado y limpio, pero todavía de poco ajuste. Toro sin ritmo, de poca
clase, sin ninguna transmisión, embistiendo de puro trámite. Daba la sensación
de que faltaba astado cuando el que "se apretó" fue el torero,
pegándose un arrimón de mucha quietud y despaciosidad.
Toreo en
las cercanías a base de muñeca. Dos tandas, una por cada pitón, y las
manoletinas finales fueron definitivas para poner ambiente de triunfo. A pesar
de que la colocación del estoque no fue buena hubo mayoría de pañuelos para la
oreja que paseó.
Pero lo
importante de Tomás vino en el quinto, y no sólo por el doble trofeo que logró.
Tomás fue la elegancia, la suavidad y el temple, la tranquilidad y, al tiempo,
la temeridad. La única manera de cortarle las dos orejas a un toro tan molesto
como éste fue esta perfecta conjunción de valores.
Bonitos
lances en el saludo y quite por gaoneras como él acostumbra, impávido, vertical
y ceñidísimo. Dicho está que el toro no acompañó por su sosería, falta de
codicia, por la embestida descompuesta y frenada que tenía y por un
desconcertante calamocheo. Aquello parecía imposible.
El mérito
del torero fue aguantar en grado superlativo hasta conseguir la continuidad en
los viajes. Inmensa torería, con tanto aplomo y lentitud hasta conseguir meter
al toro en el canasto. Los derechazos fueron de aquella manera, los naturales,
aún de uno en uno, sencillamente inenarrables. Las dos orejas fueron muy
celebradas por el torero y su gente, sabedores de que lo de hoy fue algo
importante.
"Juli"
se lució en su primero con el capote en las verónicas de recibo y en un quite
por chicuelinas muy bonito, muy enroscados toro y torero.
La faena de
muleta fue sobre todo de arrebato, de más entrega que torería. El toro,
codicioso, incansable en la embestida, aportó lo suyo. "Juli" le pegó
pases y pases en cadena dejando un poco a lado la elegancia, pero poniendo
mucha emoción.
Lo más
artístico, los pases de pecho, de mucha usía, echándose el toro por delante de
pitón a rabo. Por eso en el inevitable agravio comparativo con Tomás, hubo
pañuelos más que suficientes para darle las dos orejas.
El sexto
fue toro con muchas teclas, pensándoselo mucho a la hora de tomar la muleta y
seguirla. "Juli" recurrió a la raza, a la suya, se entiende, en una
faena de mucho esfuerzo en la que hubo sobre todo alardes muy cerca de los
pitones.
Faltó
limpieza, pero la pasión en el tendido fue total. El estoconazo fue definitivo
y así cayeron las dos últimas orejas de la tarde.
El resumen
La ficha
Toros de Garcigrande -segundo y
tercero con el hierro de Domingo Hernández, bien presentados y nobles aunque si
dar facilidades. Sólo el tercero tuvo verdadera importancia. Al resto les faltó
entrega.
Juan José Padilla: pinchazo,
estocada corta y descabello (siencio); y pinchazo y estocada tendida (oreja
tras aviso)
José Tomás: estocada caída (oreja
tras aviso); y estocada desprendida (dos orejas).
Julián López "El Juli":
estocada trasera (dos orejas); y estocada (dos orejas).
La plaza tuvo lleno de "no hay
billetes" en tarde de calor asfixiante.
En la última de feria de Alicante
Novena y
última de feria. Casi media. Toros de Albarreal, segundo y tercero devueltos y
tres de Hermanos Sampedro (el primero remendaba el encierro titular) y dos
lidiados como sobreros en quinto (este cayó fulminado en la faena de muleta) y
sexto. El cuarto fue el de más opciones.
Manuel Díaz
"El Cordobés", silencio, y oreja con fuerte petición de la segunda y
bronca al palco por no concederla. Francisco Rivera Ordóñez
"Paquirri", ovación tras leve petición y palmas. Francisco José
Palazón, oreja y ovación.
En Burgos
durante la Primera
de feria. Corrida mixta. Media entrada. Dos toros de San Mateo para rejones, de
buen juego, y cuatro de Valdefresno en lidia ordinaria, bien presentados pero
con poca fuerza y escasa embestida.
La
rejoneadora Noelia Mota, oreja y vuelta. César Jiménez, silencio en ambos.
Jesús Martínez "Morenito de Aranda" silencio y oreja.