Joselito:
"Ya no tengo valor para volver
prefiero ser un grato
recuerdo"
José Miguel Arroyo "Joselito" ya no tiene valor
para volver al ruedo. En él se sintió libre y artista durante muchos años, y
aunque ahora cree que podría ser un torero templado, reconoce que ha perdido su
pasión y prefiere por ello ser solo un
grato recuerdo.
Especial
La
Tauromaquia
La
figura venida al mundo ahora como en
empresario reflexiona sobre la actualidad social y taurina y también recuerda
una carrera que mereció la Medalla de Oro de las Bellas Artes en 2011, aspecto
que detalla en su reciente libro "Joselito, el verdadero".
El
matador, uno de los últimos representantes puros de la Escuela de Tauromaquia
de Madrid, siente en ocasiones el "gusanillo" de la plaza,
especialmente al ver el nombre de un compañero de promoción como fue "El
Fundi" inscrito en el cartel de la Feria de Sevilla de 2012, donde regresa
tras años de retiro.
Joselito
descarta esta opción: "Ya no tengo valor para volver. Hace más de ocho
años que lo dejé, por respeto a mí y por respeto al público. Prefiero que la
gente guarde un grato recuerdo de mí".
"Ya
no tengo 20 años. He ganado en temple y madurez, pero ya no tengo esa mirada.
Si un chaval al que han hablado maravillas de mí va a la plaza, probablemente
le defraudaré; prefiero que piense que soy un torero maravilloso",
reconoce.
Además,
al contrario de lo que sucedía en su infancia, los niños de ahora únicamente
reconocen a los grandes deportistas, pero "no ponen cara a los toreros, no
saben quiénes son", debido en parte a la poca difusión de su labor.
Lamenta,
la "poca presencia" que tienen en los medios de comunicación no
especializados la capitaliza la "prensa del corazón", que ofrece una
imagen que "nada tiene que ver con la filosofía de vida de los
toreros" y olvida los valores de la tauromaquia.
Para
"Joselito", hasta la violencia del ruedo tiene su conexión con la
vida. "Nacer es un acto violento y sangriento. Los toros representan los
valores del esfuerzo y la dureza, y una sociedad sin valores se vuelve
quebradiza".
Algunos
de estos valores se tambalean a su juicio por la crisis actual, especialmente
entre la juventud, acuciada por "un gran desánimo". "Antes
teníamos una oportunidad, ahora los números uno de sus promociones tienen que
irse al extranjero", lamenta.
En
su opinión, también se tambalea la monarquía, una institución que no comprende
porque no ha sido elegida por los ciudadanos: "Ahora la sociedad es
diferente, deberíamos tener la capacidad de decidir si queremos tener rey; no
se pueden mantener los privilegios por nacimiento".
Tampoco
entiende la prohibición de Cataluña, "un tema político y no de
toros", critica quien considera que esta medida "no casa" con la
idea de una España democrática.
El
diestro madrileño recuerda con satisfacción sus veinticuatro años en los
ruedos, donde se sentía "libre" porque podía realizar sus
"sueños" y materializar su creatividad compenetrándose con el toro,
"llegando incluso a disfrutar del miedo".
Cortó cuatro orejas
Manzanares abre la
Puerta del Príncipe
José María Manzanares cortó cuatro orejas después de una
tarde pletórica y abrió la Puerta del Príncipe en la novena de abono celebrada en
la Maestranza.
Redacción.-
La
Tauromaquia
Se
lidiaron seis toros de Garcigrande aunque cuarto y quinto estuvieron marcados
con el hierro filial de Toros de Cortés. El encierro, de ajustada pero bonita
presentación, fue noble en líneas generales aunque a la mayoría de las reses le
fallaron un punto las fuerzas.
El
romance de Manzanares con la plaza de Sevilla no tiene parangón. El alicantino
volvió a hacerse dueño de la plaza en una actuación pletórica que le sirvió
para sumar una nueva Puerta del Príncipe en medio del delirio del público de la
Maestranza, que le premió con cuatro orejas después de una actuación reveladora
en la que el torero mostró nuevos registros artísticos y técnicos.
Hubo
belleza y cerebro desde que se abrió de capa con el segundo de la tarde, un
animal noble y no exento de clase al que acarició con un par de verónicas y dos
preciosistas chicuelinas que pusieron a todo el mundo alerta.
Pero
el torero sabía que había que administrar las fuerzas y la clase del animal,
que también mostró su bondad en los delantales que le enjaretó Alejandro
Talavante en su turno de quites. Lo que vino después fue un tratado
enciclopédico de buen torear: en los templados y medidos inicios por naturales
primero y en el toreo en redondo que vino después en creciente intensidad.
Las
trincheras, los remates plenos de imaginación y los cambios de mano sirvieron
de sedosos nexos entre unas series y otras a la vez que el público se iba
enardeciendo con una faena que marcó su cumbre en una postrera serie diestra
rematada con un estoconazo en la suerte de recibir que terminó de desatar todos
los entusiasmos: la Puerta del Príncipe quedaba entreabierta.
Pero
Manzanares no quería conformarse y volvió a emplear sobre el albero todo el
potencial técnico que atesora en una faena que contó a favor con la exacta
medida de los tiempos para evitar que el toro, un pelín rajado, claudicara en
su gran faena a la que precedió la excelsa lidia de Curro Javier y la maestría
con los palos de Juan José Trujillo y Luis Blázquez.
Una
vez más, la faena se inició al natural en medio de un clima de calma contagiado
por el torero que marcó otras cumbres toreando sobre ambas manos. Ya no cabían
dudas, el diestro alicantino forzó la suerte de recibir a pesar del escaso gas
del toro para cortar dos nuevas orejas que le abrían la puerta de la gloria.
Otro
trofeo se llevaría el diestro extremeño Alejandro Talavante gracias a una
templada y entonada faena cuajada sobre la mano derecha en la que pesó como una
losa la cumbre vivida en el toro anterior. Pero Talavante no se amilanó y se
empleó en una labor segura, también imaginativa, en la que el toro no le
permitió las últimas innovaciones en su tauromaquia basadas en el toreo mexicano.
Volvió
a brillar con el sexto, otro toro de buenas intenciones al que no le sobraban
las fuerzas con el que se empleó en un largo trasteo que podría haber puesto en
sus manos otra oreja si la espada hubiera entrado al primer viaje.
Pero
la tarde se había iniciado con la impresionante ovación que le dedicó el
público sevillano al diestro Juan José Padilla en su vuelta a la plaza de la
Maestranza después de su gravísimo percance del pasado mes de octubre en
Zaragoza.
Padilla,
que se mostró sobrio y clásico, destacó en el manejo del capote y, sobre todo,
en dos soberbios tercios de banderillas en los que supo lucir mucho a sus
toros. Pudo templarse a media altura toreando al tercero aunque apenas tuvo
enemigo con el sexto, que se aplomó por completo.
Resumen
Juan
José Padilla, de cautivo y oro con cabos negros. Pinchazo y estocada (ovación).
Estocada (ovación).
José
María Manzanares, de berenjena y oro, estocada recibiendo (dos orejas).
Estocada recibiendo. (Dos orejas).
Alejandro
Talavante, de verde manzana y oro. Estocada (oreja). Pinchazo y estocada
(ovación).
La
plaza se llenó hasta la bandera en tarde agradable y primaveral. Destacó la
cuadrilla al completo de José María Manzanares, que saludó junto a su matador
al culminar la lidia de quinto de la tarde.
Fandiño y Jiménez
Fortes
Iván Fandiño y Jiménez Fortes han puesto todo de su parte
para sobreponerse a la invalidez de los toros en la octava de la Feria de Abril
de Sevilla celebrada esta tarde en la Maestranza.
Se
lidiaron cinco toros de El Ventorillo, el cuarto como sobrero, aceptablemente
presentados. Primero y cuarto compartieron brusquedades y movilidad. El segundo
fue corto de viajes y aplomado; noble pero muy flojo el quinto. El sexto fue un
sobrero de Montealto que acabó rompiendo algo descompuesto en la muleta.
Decepcionó
por completo el encierro de El Ventorillo, una ganadería que en temporadas
anteriores ofrecía las suficientes garantías para los espadas. Pero, visto lo
visto, parece que las principales figuras le han dado la espalda a este hierro
que hoy compareció en la plaza de la Maestranza en un cartel de tintes
esperanzadores pero aún modestos.
Torear,
lo que se dice torear en el sentido más clásico del verbo, lo hizo el vasco
Iván Fandiño, un sólido diestro en trance de lanzamiento definitivo al que se
le vio muy dispuesto desde que se asomó al ruedo para recibir al segundo con un
bello y terso ramillete de verónicas que revelaron la calidad que atesora.
Con
la muleta fue otro cantar aunque el diestro de Orduña se fajó con él por el
pitón izquierdo queriéndolo llevar siempre muy hacia adentro pero el toro de El
Ventorillo se quedaba demasiado corto. Fandiño se puso siempre de verdad por
ambos pitones pero el toro se acabó aplomando y no quedó más remedio que
matarlo con prontitud.
Volvió
a salir muy mentalizado para aprovechar al quinto de la tarde un animal con
fondo de nobleza pero muy escaso de fuerzas que fue muy protestado en los
primeros tercios. El diestro vasco lo pasó en varias series diestras dichas muy
para adentro y en redondo, perfectamente bien planteadas.
Quizá
erró tácticamente Fandiño descubriendo demasiado tarde el buen fondo del pitón
izquierdo del toro pero a esas alturas cabía muy poco que hacer y la tarde
empezaba a enfilar el despeñadero definitivo.
En
cualquier caso, sí hay que salvar y destacar el valor seco y la entrega
consciente del joven matador malagueño Saúl Jiménez Fortes, que confirmó en la
plaza de la Maestranza que las buenas sensaciones que había dejado en este
mismo ruedo en su etapa como novillero no era ningún espejismo.
Fortes
se fajó de verdad con el tercero del frío festejo, un toro manso que amagó
siempre con rajarse y al que enjaretó un toreo de cercanías y un angustioso
arrimón que certificó sus ganas de ser.
Estuvo
más a gusto con el sexto, un sobrero de Montealto que manseó de salida pero
rompió hacia delante en la muleta. Jiménez Fortes volvió a mostrarse firme como
un roble aunque quizá un punto desacoplado en las mejores arrancadas de su
enemigo, que con sus defectos, se abría en los embroques.
Pero
no importó porque el malagueño apretó el acelerador a fondo acortando las
distancias y abusando un punto del metraje en un epílogo de faena dictado entre
los pitones que puso a todo el público de acuerdo.
No
respondió a lo mucho que se cuenta de él el riojano y ya veterano Diego
Urdiales, que apenas se decidió a meter mano al brusco primero y mostró
demasiadas inseguridades con el sobrero de El Ventorrillo que hizo cuarto. Ese
toro tenía una descompuesta movilidad que exigía seguridad y mayor apuesta.
Resumen
Diego
Urdiales, de mostaza y oro con cabos negros. Estocada corta y descabello
(silencio). Estocada (silencio tras aviso).
Iván
Fandiño, de esmeralda y oro. Estocada (silencio). Estocada. (Ovación tras
aviso).
Jiménez
Fortes, de azul real y oro. Pinchazo, media estocada y dos descabellos
(silencio tras aviso). Estocada y dos descabellos (ovación).
La
plaza registró menos de media entrada en tarde entoldada y progresivamente
gélida. Destacó el picador Tito Sandoval.
Ángel Teruel
evoluciona bien
El torero Ángel Teruel, herido en la cara el pasado día 8
en la plaza francesa de Arles , Francia, evoluciona bien a pesar de que sigue
con parálisis facial y desde el domingo último tiene problemas de visión.
Aún
así, y también pese a la advertencia del facultativo de que "le quedan dos
o tres meses para la recuperación total", la intención del joven diestro
madrileño es torear el 15 de mayo en la Feria de San Isidro, en la corrida que
sería de la confirmación de su alternativa.
Tras
la revisión oftalmológica que ha pasado hoy Teruel, la clínica Menorca de
Madrid, donde está ingresado desde el lunes, ha emitido un parte en el que
indica que el diestro presenta "una parálisis facial del lado derecho que
le impide el cierre palpebral completo en dicho ojo, lo cual provoca una
epiteliopatía corneal inferior, sensación de cuerpo extraño y lacrimeo".
Se
añade que "es previsible que con la mejoría de su parálisis facial, que
probablemente tarde unos meses, mejore el cuadro clínico del paciente" y
anuncia la próxima revisión de "la integridad de la vía lacrimal de dicho
ojo".
Teruel
estuvo dos días en un hospital de Nimes, donde fue operado en primera
instancia, y de allí viajó a Madrid para pasar una noche en dicho centro antes
de trasladarse a su domicilio una vez que los médicos dieron por bueno el
tratamiento que venía siguiendo.
El
diestro tuvo que regresar a la clínica el lunes, desde cuando sigue ingresado,
por los problemas de visión en su ojo derecho.
El
daño que sufre el joven torero madrileño es muscular y vascular de la
estructura blanda que va desde la comisura bucal derecha y atraviesa toda la
parte mediofacial profunda hasta el arco zigomático, muy cercano a la fosa
orbital.
La
lesión del nervio facial, "que no está roto sino contundido", según
los doctores, es causada por una elongación, lo que provoca la parálisis
traumática de la parte derecha de su rostro.
Sigue
un tratamiento con antiinflamatorios, antibióticos y analgésicos, además de
curas diarias a base de drenajes linfáticos, y un reposo absoluto para acelerar
la mejoría en el derrame interno del ojo dañado.
Muere Fernando
Traversari
El torero ecuatoriano Fernando Traversari "El
Pando" falleció a los 80 años de edad, tras padecer un cáncer prostático,
informaron fuentes cercanas a la familia del diestro.
El
Pando hizo su campaña de torero junto a otros grandes de su época como los
españoles Cayetano Ordóñez y Bartolomé Jiménez Torres.
Asimismo,
se forjó junto a los ecuatorianos Manolo Cadena Torre, Enrique Veno, Jerónimo
Pimentel y Alfredo Leal, con los que levantó el entusiasmo por la fiesta brava
en la capital ecuatoriana y por la la construcción de la Plaza Monumental
Quito.
El
sepelio de Traversari se efectuará hoy mismo, según precisaron sus allegados.
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