Ventura cortó dos orejas
para
El rejoneador hispanoluso Diego Ventura cortó hoy dos
orejas en el festejo matinal de rejones de la Maestranza de Sevilla de la Feria
de Abril y en el que el caballo "Xelín", de la cuadra de Rui
Fernandes tuvo que ser sacrificado tras ser corneado en el vientre por el
segundo astado.
Especial
La
Tauromaquia
La
plaza registró casi tres cuartos de entrada en mañana de lluvia intermitente.
El caballo "Xelín", de la cuadra de Rui Fernandes tuvo que ser
sacrificado después de ser corneado en el vientre por el segundo de la mañana.
En el exterior de la plaza, en el paseo de Colón, un grupo de los colectivos
Igualdad Animal y Equanimal se concentró con una pancarta en la que
reivindicaba la abolición de la tauromaquia.
La
incontestable demostración de Diego Ventura, un portugués injertado en La
Puebla del Río que cada vez está más cerca de coronar la cumbre del rejoneo,
llenó de contenido una gris y lluviosa matinal de rejones que también tuvo su
contrapunto trágico en la muerte del caballo Xelín, que tuvo que ser
sacrificado después de ser corneado con saña por el segundo toro de la mañana.
La
labor de Diego Ventura, marcada por la entrega y predisposición pero sobre todo
por la precisión que preside su buen rejoneo hizo olvidar las terribles
imágenes que se habían vivido algunos minutos antes, gracias a una actuación
sobriamente espectacular pero sin renunciar a la garra que le ha caracterizado
desde sus inicios.
Ventura
salió determinado a triunfar y lo consiguió gracias al espectáculo trepidante
que brindó desde que se asomó por la puerta de caballos. El más sólido
aspirante al trono del rejoneo brindó a Rui Fernandes en consuelo por la
pérdida de su caballo y se empleó en una labor que comenzó a dispararse en un
ceñidísimo galope a dos pistas a lomos de "Nazarí".
Con
esa misma montura, el joven maestro volvió loca a la plaza llevándose al toro
de Fermín Bohórquez por todo el ruedo sin dejar de exponer nunca, dejándoselo
llegar a milímetros de los pechos del caballo. Ése fue otro de los pilares de
su valiosa labor: la entrega consciente, la apuesta constante y la tremenda
pasión que imprimió a todos los tiempos de las suertes.
Su
faena fue siempre a más y los embroques fueron siempre exactos, clavando en
todo lo alto antes de emplear el rejón de muerte con certera prontitud que no
admitía dudas: Las dos orejas eran de cajón.
Otro
trofeo se llevaría el portugués Rui Fernandes, que vio recompensados de esta
manera sus esfuerzos y su afán de superación después de perder al caballo
"Xelín", que resultó derribado de salida y corneado brutalmente en el
vientre.
Después
del percance, el equino aún pudo incorporarse y emprender un alocado galope por
el ruedo en el que se le salió todo el paquete intestinal. Era imposible
revocar los daños sufridos y tuvo que ser sacrificado algunos minutos después.
El
caso es que Fernandes logró calentar al personal, sobrecogido por las terribles
imágenes de la tremenda cornada sufrida por el caballo y, superando lo que
había pasado, se vino arriba en una actuación arriesgada, trufada de piruetas
que puso al público en pie.
La
cuarta oreja cortada en la mañana fue para la rejoneadora española Noelia Mota,
que conectó rápidamente con los tendidos en una lucida labor que tuvo que
luchar con el escaso celo de su enemigo, al que impuso sus ganas de ser y sobre
todo una alegría contagiosa que prendió en el público. Mató con autoridad y
cortó ese merecido trofeo.
Fermín
Bohórquez se marchó de vacío aunque no pasó de sobrio y templado con el primero
de la tarde, que le dejó estar en todo momento. Muchas más ganas mostraron los
más jóvenes portugueses Joao Moura y Francisco Palha aunque el rejón de muerte
emborronó sus entregadas actuaciones.
Resumen
Se lidiaron seis toros de Fermín Bohórquez, que
colaboraron con los montados en líneas generales aunque se acabaron aplomando
mucho al final de su lidia.
Fermín Bohórquez, rejón muy bajo (Palmas).
Rui Fernandes, rejonazo muy contrario. (Oreja).
Diego Ventura, rejonazo fulminante. (Dos orejas).
Joao Moura, dos pinchazos y rejonazo contrario y trasero
(Ovación).
Noelia Mota, rejonazo en todo lo alto. (Oreja).
Francisco Palha, cuatro pinchazos y se echa. (Palmas).
………………….
"El Juli",
Sánchez y Saldívar sin sal
Tres interesantes faenas realizadas por los diestros
Julián López "El Juli", de España, y los mexicanos Juan Pablo Sánchez
y Arturo Saldívar, fueron malogradas con los aceros y se saldó con sendas
salidas desde tercio para saludar, en la cuarta corrida de la feria de San
Marcos en Aguascalientes, centro de México.
También
actuó el rejoneador mexicano Jorge Hernández Gárate, que se silenció su labor.
Con
lleno total en la Monumental, se lidiaron ocho toros del hierro de Begoña,
desiguales tanto en hechuras como en comportamiento. Los tres primeros se
dejaron, pero a partir del cuarto protestado por ser cómodo de cabeza, todo se
vino a menos, no así el ánimo de los toreros con su firmeza y el carácter de
superación.
El
quinto sólo cumplió, el sexto fue protestado por su poca presencia y fue
devuelto por otro que tampoco valió y el octavo, de regalo, que tampoco dio
prestigio a los colores de su divisa. Abrió plaza un toro para rejones, quizás
el mejor del encierro.
Hernández
Gárate, con ese magnífico primero, cumplió con una labor aceptable, pero sin
estar a la altura de la res. Falló con el rejón de muerte y se silenció su
actuación.
"El
Juli", que es todo un maestro, al primero de la lidia ordinaria le cuajó
una faena llena de matices toreros, con las orejas en la espuerta, pero lo
pinchó y todo quedó en saludos desde el tercio.
Con
el cuarto, que fue protestado, el público no le dejó estar e hizo otra faena
interesante y mató pronto. El madrileño regaló un octavo que tampoco dio
opciones para el triunfo. Muy por encima del astado al que mató pronto, escuchó
palmas.
Sánchez,
ya cuajado como torero, su labor en el segundo ha reunido contenido, torería,
talento y un trazó limpio y con amplitud. Otra faena que el público disfrutó,
pero pinchó tres veces y todo quedó en saludos desde el tercio. El quinto no ha
sido bueno y Juan Pablo no escatimó esfuerzo en su deseo de agradar. Mató de
estocada y fue ovacionado.
Saldívar
dio la pelea a sus alternantes porque está en un buen momento. Realizó otro
trasteo que impactó en el público, pero falló con la estoque y todo quedó en
saludos con fuerza desde el tercio. En el sustituto del sexto, que se vino a
menos, se mostró torero.
Los
tres espadas han sido despedidos con fuerte ovación a la salida del coso.
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