Feria de Sevilla
Talavante corta una
oreja
El extremeño Alejandro Talavante se llevó un trofeo del
tercer toro de Jandilla gracias a un estoconazo fulminante, en el festejo
celebrado en la plaza de la Maestranza, décimo cuarto de la Feria de Abril de
Sevilla.
Redacción
La
Tauromauia
La
extraña Feria de Abril 2012 encara su final inexorable sin que dejemos de
acordarnos de Manzanares y miremos hacia el festejo de mañana, el único que ha
polarizado verdaderamente el interés de un pobre abono que está cantando en el
ruedo lo que ya anunció en el papel.
Esta
tarde se lidiaba un encierro de Jandilla, de buen aire en conjunto pero venido
abajo en los finales que habría sido de revolución con sólo un poco de
gasolina.
Alejandro
Talavante, que ya se llevó un trofeo eclipsado por la apoteosis manzanarista,
se llevó hoy otra oreja del tercero de la tarde que añade escasos galones a su
palmarés y tampoco puntúa demasiado de cara a los resultados finales de esta
aburridísima feria.
Pero
no hay que quitar los méritos que sí tiene el extremeño, que recibió a ese
animal con un par de vistosas chicuelinas antes de perdonarle la vida en el
caballo. Talavante se fue haciendo con la noble condición del toro, primero con
un puñado de limpios muletazos diestros en los que nunca llegó a ajustarse ni
romperse por completo.
El
astado se abría en los embroques con bondad y el torero se dispuso a tirar de
la especialidad de la casa al tomar el engaño con la mano izquierda. Surgieron
entonces, dentro de una serie de medio tono, dos naturales de seda que en esta
plaza no le suelen fallar.
Tampoco
hubo mucho más que el gran estoconazo que validó esa oreja tan justita para un
torero en fase de eclosión como figura al que hay que exigir muchísimo más.
Con
el sexto -enorme, hondo y cuajado pero tan blandito como sus hermanos- se llevó
un mundo en la cara administrando los tiempos muertos de un trasteo que nunca
dijo nada hasta aburrir a un público que estaba loco por coger la puerta.
Sebastián
Castella concluyó la pésima y excesiva feria que le han brindado los entresijos
de la política taurina y lo hizo impacientando a todo el mundo y mostrando una
preocupante falta de alma, temple y expresión que le anulan como torero.
El
diestro francés se llevó el toro de mayor duración del encierro de Jandilla, un
segundo que apenas humilló en el deslavazado capote del francés. Pero el de
Jandilla se acabó abriendo y desplazando en la muleta y el matador fue incapaz
de templarlo en una espesísima labor en la que amontonó muletazos sin ton ni
son sin la más mínima huella.
Algún
muletazo diestro se antojó un espejismo y su labor con la derecha fue un
destajo insulso al que sumó un arrimón tan improcedente como incomprendido.
Y
es que era la tercera tarde del francés en una feria que despidió con un enorme
y blando torazo al que se hartó de dar mantazos de todos los colores alargando
su faena en medio de la rechifla general del público.
Al
Cid, en cambio, le queda otro compromiso en este ciclo que se le está yendo en
blanco una vez más. Haciendo honor a su proverbial suerte en los sorteos se
llevó los dos toros de mayor calidad del envío de Jandilla. Al primero, que
duró muy poco, le enjaretó un puñado de muletazos tersos y templados que fueron
lo mejor de la tarde.
Desgraciadamente,
el elegante y esperanzador galope del cuarto no tuvo continuidad en la muleta y
lo que se anunciaba como fiesta grande se quedó en una larga porfía sin ningún
sentido.
Se lidiaron seis toros de Jandilla, muy bien presentados y
cuajados. En general tuvieron mejores principios que finales y se acabaron
viniendo abajo en la muleta a pesar de su nobleza. El segundo tuvo más duración
y el cuarto galopó en los dos primeros tercios y claudicó al final.
Manuel Jesús 'El Cid', de amapola y oro. Pinchazo y estocada
caída (Silencio). Estocada desprendida (Silencio).
Sebastián Castella, de Cautivo y oro. Estocada trasera
(Silencio). Estocada corta y descabello (Silencio).
Alejandro Talavante, de obispo y oro. Gran estocada (Oreja).
Estocada tras dos pinchazos (Silencio).
La plaza no se llenó por completo en tarde progresivamente fría,
ventosa y desapacible. Destacaron los banderilleros Javier Ambel y Alcalareño.
Macías en
Aguascalientes
Aguascalientes
Especial.-
El
mexicano Arturo Macías, muy firme y con buena calidad, cortó hoy la única oreja
en la segunda corrida de la Feria de San Marcos en esta ciudad del centro de
México.
A
su vez el rejoneador español Pablo Hermoso de Mendoza, por sus fallos con el
acero, no pudo obtener trofeos en la última corrida de su brillante campaña en
México.
Completó
el cartel el también mexicano Fermín Spínola, que no tuvo suerte y, como Pablo,
se fue de vacío.
Con
lleno total en esta fecha en que se festeja al santo patrón de Aguascalientes
se lidiaron dos toros de Los Encinos, el primero y el cuarto de la tarde, que
fueron muy buenos, y cuatro de Campo Real, muy bueno el que hizo tercero y los
otros tres cumplieron sin tener mucha emotividad.
Por
sus fallos con el acero, Pablo Hermoso dejó ir un triunfo que tenía en la
bolsa.
Con
el primero estuvo monumental, con rejones de castigo, banderillas al cambio y a
dos manos, y haciendo gala de su maestría como jinete sin par. Pero con el
rejón de muerte pinchó en varias ocasiones y todo quedó en palma con algunos
ligeros pitos injustificados.
Con
el cuarto repitió la dosis e hizo enloquecer al público con cuatro cabriolas
continuas en un palmo de terreno, y midiendo muy bien la embestida del toro.
Cerró
su labor con un par a dos manos en todo lo alto, pero nuevamente con el acero
falló y lo que significaba orejas quedó en leve petición de oreja y una salida
al tercio para escuchar la ovación.
El
apoderado de Pablo Hermoso de Mendoza, Jorge Canales, informó que el navarro
sale mañana con destino a España para iniciar su campaña de 2012, y sus jacas
toreras lo harán el martes próximo.
Spínola
estuvo voluntarioso, pero el segundo de la tarde era un burel muy soso,
desabrido, y el torero recibió la ovación de la gente pero sin lograr el éxito.
Y
se repitió la historia en el quinto de la tarde, que aunque colaboró un poco
más vino a menos y terminó deslucido y sin emoción. Lo mató de varios intentos
para cerrar su labor.
Macías
estuvo con una actitud de entrega total en sus dos enemigos, pero además en el
tercero (el mejor de Campo Real) estuvo muy firme y sobre todo con calidad y
mostrando esa facilidad de conectar con el público de inmediato.
La
faena fue subiendo de tono para la estocada, pero el toro tardó en doblar y el
juez sólo otorgó una oreja con petición de otra, que no entregó.
Y
en el toro que cerró plaza, Arturo siguió en el mismo plan de entrega,
poniéndole los muslos en los diamantes de los pitones del toro, y también una
lástima que no alcanzó la salida a hombros por haber fallado con la espada.
Pero
el público salió muy satisfecho con la actuación de entrega del torero local.
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