lunes, 29 de abril de 2013

Rafael Cerro y Brandon Campos se recuperan de sus cornadas en Las Ventas
 
Los novilleros Rafael Cerro y Brandon Campos se recuperan en una habitación de planta de la clínica de la Fraternidad de Madrid de sendas cornadas que sufrieron en la final del certamen de novilladas de abril de Las Ventas informaron desde las cuadrillas de ambos espadas.

El extremeño Rafael Cerro, de 20 años, sufrió una grave cornada de 20 centímetros en la zona escrotal que le penetra la cavidad abdominal, un percance "severo" que apenas "le ha dejado descansar" la pasada noche, la cual ha pasado "muy dolorido y con fuertes molestias", ha apuntado a Efe Paco Ortega, sobrino de Ortega Cano y uno de sus apoderados.

"Lo bueno ha sido que no ha tenido fiebre, síntoma que suele aparecer por complicaciones de infección, así que la evolución parece que lleva su curso, y aunque ya ha empezado a tomar líquidos tardará en recuperarse un buen tiempo", ha apostillado Ortega.

Tanto los médicos que le atienden en la clínica de la Fraternidad como el doctor Máximo García Padrós, cirujano jefe de Las Ventas y encargado del seguimiento de Cerro, no se han atrevido aún a dar plazos concretos en su recuperación, aunque, "por lo pronto", deberá permanecer ingresado "toda esta semana", ha dicho su apoderado.

Por su parte, el mexicano Brandon Campos descansa también en una habitación contigua a Rafael Cerro en el mismo centro hospitalario de la capital de España, donde anoche tuvo que ser operado de urgencia de una cornada de 15 centímetros en el muslo derecho, de la que se dieron cuenta al llegar al hotel una vez terminado el festejo de Las Ventas.

El joven espada de Querétaro, de 19 años, ha pasado la noche "con molestias", aunque esta mañana los doctores han informado que la evolución es "buena" y que esta tarde "empezará a levantarse y a hacer pequeños ejercicios con la pierna", ha indicado a Efe su apoderado Antonio Pedrosa.

En este caso si hay plazos concretos para su total restablecimiento, ya que los doctores han informado esta mañana que "si todo va bien", Campos recibiría el alta "el miércoles por la mañana" y en unos "quince o veinte días" estará listo para torear, según su mentor. 



"El Payo" y Flores triunfan en Aguascalientes
   

Los diestros mexicanos Octavio García "El Payo" y Sergio Flores han cortado una y dos orejas, respectivamente, en la sexta corrida de la Feria de San Marcos, celebrada hoy en la Monumental de Aguascalientes, centro de México.

También actuó el rejoneador español Pablo Hermoso de Mendoza, que tuvo una brillante actuación, pero falló con los rejones de muerte.

Con tres cuartos de entrada en los tendidos, se lidiaron dos toros de Bernaldo de Quirós para rejones, el primero un gran toro y el segundo bueno, y cuatro de El Junco, para la lidia ordinaria, tres con problemas y el sexto estupendo. En su conjunto bien presentados y con movilidad.

Hermoso de Mendoza, con el que abrió plaza, se lució en todo con sus caballos, pero falló hasta en tres ocasiones con el rejón de muerte. Silencio. Igualmente en el cuarto, el navarro tuvo otra magnífica actuación, pero menos brillante al matar de dos intentos y el segundo un feo rejón de muerte a medio lomo y bajo. Silencio.

"El Payo" se manifestó como un torero que viene en ascenso. Con el segundo, que no valía nada, estuvo en torero y mató pronto para ser ovacionado. En quinto hizo explotar la plaza, al instrumentar una faena que reunió torería, valor, una buena dosis de calidad ante un toro poco potable y entre gritos de ¡torero, torero! Mató de pinchazo citando a recibir y una estocada entera. Tardó el toro en doblar y fue premiado con una oreja entre ovaciones del público.

Flores, que debutaba como matador en este coso, en su primero se lució suelto, firme y logró momentos magníficos, pero pinchó dos veces y todo quedó en ovación. Con el sexto salió a darlo todo, con temple, largueza y cuajó una faena que fue subiendo de tono y que centró la atención del público. Concluyó con una soberbia estocada que hizo rodar al toro sin puntilla. Fue premiado con las dos orejas y salida en hombros de la plaza.




Ortega, Román y Lama se marchan de vacío en Sevilla
 
A pesar de contar con ganado a favor, los novilleros Juan Ortega, Román y Lama de Góngora no dieron hoy ni una sola vuelta al ruedo en  La Maestranza, en un festejo que había despertado una gran expectación pero que quedó marcado por el frío desapacible y la constante amenaza de lluvia.

Se lidiaron cinco novillos de Núñez del Cuvillo y uno -que salió en tercer lugar- de Fuente del Rey. El primero resultó excelente; importante pero muy complicado -por mirón- el segundo; soso el tercero; deslucidos cuarto y quinto y noble y flojo el sexto.

Juan Ortega, palmas y silencio.

Román, ovación y silencio tras aviso.

Lama de Góngora, silencio y palmas tras aviso.

Hubo tres novillos de triunfo que se repartieron entre los tres integrantes de la terna. Juan Ortega sorteó el mejor de todos ellos, un primero de excelente clase con el que no logró centrarse. Tampoco logró romper la tarde el valenciano Román con el importante y complicado segundo.

Lama de Góngora estuvo a punto de romper la tónica de la tarde con el sexto, al que cuajó una faena estética y compuesta que emborronó con los aceros.

La plaza registró más de dos tercios de entrada en tarde glacial y desapacible. Destacó el picador Manuel Cid. 




domingo, 21 de abril de 2013


En Moralzarzal de la comunidad de Madrid


Histórica alternativa de Milagros del Perú

La oreja que paseó Rafael De Julia en Zaragoza, las buenas actuaciones de Juan José Padilla y "El Fandi" en Sevilla y la histórica alternativa de Milagros del Perú en Moralzarzal (Madrid) son los titulares de la jornada taurina.

 En Sevilla Casi lleno toros de Torrestrella, muy desiguales de peso, tipo y volumen. En general, de juego deslucido y a menos, salvo el noble primero, que se jugó como sobrero.

Manuel Díaz "El Cordobés", vuelta al ruedo tras petición y silencio. Juan José Padilla, gran ovación tras petición de oreja y silencio. David Fandila "El Fandi", silencio en ambos.

 En cuadrillas, buen tercio de varas de Antonio Montoliú con el quinto.

Primer festejo de la Feria de San Jorge en Zaragoza. Concurso de Ganaderías. Un quinto toros por este orden, de Murube, manso e inválido; Conde de la Maza,
deslucido; López Gibaja, bravo en el caballo pero a menos y complicado en la muleta; Ana Romero, noble pero soso; Jaralta, manejable; y Ribera de Campocerrado, sin fuerzas.

Juan Bautista, silencio en ambos. Rafael de Julia, que sustituía a Javier Castaño, ovación y oreja tras aviso. Ricardo Torres, palmas y silencio.
Al finalizar la corrida se fallaron los tres galardones del concurso de ganaderías: Trofeo Ripamilán al toro más bravo: "Marqués", número 15 de López Gibaja. Trofeo Fernando Moreno al mejor picador: Manuel José Bernal, por la suerte de varas al tercer toro. Trofeo Antonio Labrador "Pinturas" al mejor lidiador: Rafael de Julia.

 








Menos de un cuarto toros de Buenavista en Moralzarzal , desiguales de presentación y manejables en conjunto, a excepción del "rajado" tercero. Destacó sobremanera el quinto.

Jesuli de Torrecera, oreja con petición de la segunda y dos orejas. Esaú Fernández, oreja y dos orejas. Milagros del Perú, que tomaba la alternativa, dos orejas y vuelta.


 Lo someten a cirugia

Se agrava el "El Juli"
 
 El torero Julián López "El Juli" está siendo operado otra vez esta tarde en la clínica Sagrado Corazón de Sevilla al experimentar un empeoramiento por la grave cornada que sufrió ayer en la plaza de toros de Sevilla fuentes del entorno del torero madrileño.
 "El Juli", que esta mañana había pasado a una habitación de planta, ha empezado a sufrir "fuertes dolores" a lo largo de esta tarde, y la pierna herida "no presentaba buen aspecto y se ha vuelto a inflamar mucho", por lo que los doctores han considerado oportuno volver a meterle al quirófano, donde está siendo intervenido desde las 21:30 horas.
 "El Juli" resulto herido ayer por el primer toro de la corrida de la Feria de Abril de Sevilla, que le infirió una cornada de 15 centímetros en la zona del cuádriceps de la pierna derecha que le provocó importantes destrozos musculares además de romperle la vena safena.







jueves, 18 de abril de 2013


Festejo decepcionante por el pobre juego del encierro

El sevillano Daniel Luque cortó una oreja 

 

 El joven torero sevillano Daniel Luque le cortó al sexto toro la única oreja concedida en la corrida de hoy de la feria de Abril de Sevilla, un festejo decepcionante por el pobre juego que ofreció el flojo encierro de la ganadería de El Pilar.



El diestro Daniel Luque con la muleta en el primer toro de su lote, de la ganadería de El Pilar, durante la novena corrida de abono de la Feria de Abril en la Real Maestranza de Sevilla

 


La oreja que paseó Daniel Luque del toro que cerró corrida vino a maquillar con algún tono rosáceo la grisura de una tarde que los toros de El Pilar llevaron de la expectación a la decepción.

Faltos de bríos, sin empuje ni fuerza, los astados salmantinos fueron impotentes para desplegar la calidad que apuntaron casi sin excepción.

Y eso que la corrida se abrió con otro recital capotero de Morante de la Puebla: cuatro verónicas a compás, como golpes de martinete, en un quite deslumbrante que quiso contestar Perera con unas gaoneras valientes pero tropezadas.

Volvió al reñidero Morante, ya con el tercio cambiado, y dejó de nuevo las cosas en su sitio con otros tantos lances meciendo al de El Pilar con el pecho y poniendo en pie al público de la Maestranza, como pasó exactamente 48 horas antes.

Pero esta vez el toro no aguantó tanto y tan buen toreo "morantista" se vino abajo en cuanto el sevillano le presentó la muleta. Sin gas ninguno, marcó la tónica del resto de sus hermanos.

Porque ni el cuarto, que dobló las patas como respuesta a un soberbio trincherazo de Morante tras su brindis a Rivera Ordóñez, ni el resto de los de El Pilar permitieron faenas con una mínima vibración.

Miguel Ángel Perera, que volvía a Sevilla tras quedarse fuera de la pasada edición de la feria por discrepancias con la empresa, evidenció sus deseos de reivindicarse yéndose a recibir a portagayola a los dos toros de su lote.

Pero los largos trasteos en que el extremeño se enfrascó apenas si le valieron ovaciones esporádicas, reconociendo sobre todo la férrea quietud ante un segundo insulso y un quinto sin clase ni fuerza con el que apenas le echaron cuentas.

El tercero de la tarde también apuntó calidad en sus embestidas, sólo que, dañado de los riñones, no pudo hacerla patente en un trasteo en el que Daniel Luque lo movió con temple y aseo.

La tarde se iba ya por el despeñadero cuando el sexto fue devuelto a los corrales por inválido, pero, para fortuna de Luque, salió un sobrero de Parladé que, al menos, evitó que el festejo terminara en aquel hondón ambiental y anímico.

De menos a más, como el mismo toro de Parladé tras un inicio titubeante, la faena remontó a medida que Luque se fue centrando con el animal, que no dejó de embestir con nobleza a su muleta.

Con ciertos altibajos por falta de sutileza técnica, el joven sevillano redondeó dos series finales estimables y varios adornos de buen gusto, previos a una buena estocada y a la consiguiente concesión de la oreja.

El dato anecdótico de la faena es que, justo en esos momentos calientes, Luque se enzarzó en la distancia con el director de la banda de música, que fue muy reacio a hacerla sonar y que aún se permitió la impropia licencia de recomendar por gestos al torero de que se limitara a seguir pegando pases. 



RESUMEN 

 
Cinco toros de El Pilar, casi todos cinqueños, bien presentados y sin demasiado aparato en las cabezas, y de juego deslucido por su falta de energías, a pesar de su nobleza y clase; y un sobrero -el sexto- de Parladé, fino, serio y de buen juego.

José Antonio "Morante de la Puebla": pinchazo y media estocada baja (ovación); y media atravesada y descabello (silencio).

Miguel Ángel Perera: estocada caída (ovación); y pinchazo, metisaca y estocada (silencio).

Daniel Luque: estocada caída y tres descabellos (ovación); y estocada trasera y tendida (oreja).

En cuadrillas, saludaron tras banderillear al quinto Joselito Gutiérrez y Guillermo Barbero; y templada brega de Abraham Neiro al sexto. La plaza se llenó.

martes, 16 de abril de 2013



Salió ovacionado de la Maestranza de Sevilla

Morante de la Puebla y la suavidad
de una capa como a la “Verónica”

Morante de la Puebla ejecutó con la delicadeza de sus manos el lance de la “Verónica” con clase torera llena hondura, lentitud y consagración del recuerdo cuando una dama limpio el rostro del Todopoderoso con la suavidad de una madre. Sebastián Castella y Alejandro Talavante al igual que Morante no cortaron orejas.


Especial / La Tauromaquia


El diestro Morante de La Puebla da un pase con la muleta al primero de su lote, durante la séptima corrida de abono de la Feria de Abril que se ha celebrado en la Real Maestranza de Sevilla donde ha compartido cartel con Sebastián Castella y Alejandro Talavante.


Es difícil que se pueda mantener la mente fría para enumerar cada una de las soberbias, mecidas, hondas y purísimas verónicas que Morante de la Puebla cuajó ayer en Sevilla.

Haciendo memoria, se deduce que fueron tres y una media a pies juntos con las que apaciguó ya, por el lado izquierdo, al toro que abrió plaza. Y tal vez una docena larga con las adormeció al cuarto en el vuelo de su capote.




Es difícil, sí, ponerse a contar. Y absurdo. Es mejor seguir soñando y recrear la memoria con esos lances acompasados por el pecho henchido y la cintura líquida del torero. Y dejarse llevar por la pasión del toreo más hondo, como se dejó llevar Morante ante ese cuarto después de que se le fuera suelto en un quite por chicuelinas.

Siguió el toro hasta el caballo de puerta, huyó del refilonazo hasta chiqueros y de allí lo sacó el de la Puebla con lances al paso por delantales, cogido el capote y sostenido el toro como se lleva de los deditos a un niño que da sus primeros pasos. Hasta que en los medios, una media verónica redonda, rotunda, de duración eterna, enervó el pulso de la Maestranza.

Pero aún quedaban más, porque el sevillano, viendo que el toro amagaba con rajarse decidió agotarlo a caricias de verónica, apurarlo hasta el último aliento con otro manojo de lances embriagadores como el opio, para el toro y para el público.

También toreó ayer Morante con la muleta. En menos cantidad pero no en menor intensidad. Sobre todo al primero, el toro de mejores embestidas de su lote, que no tuvo bríos para repetirlas pero sí para, una a una, tras un leve respiro, seguir entregado el vuelo del engaño en varios naturales de largo y muy profundo trazo, hasta que el de Cuvillo perdió definitivamente gas.

También lo perdió pronto el cuarto, el de la antología de la verónica morantista, aunque el de la Puebla, que brindó su muerte a su paisano el rejoneador Ángel Peralta, se embraguetó con él en un último derroche de pundonor que el toro no pudo ya soportar. No cortó orejas, pero las ovaciones que escuchó tras los arrastres de sus toros fueron atronadoras.

Sebastián Castella y Alejandro Talavante trazaron su único paseíllo de esta feria, y ambos hicieron sendos esfuerzos por aprovecharlo pero sin encontrar recompensa.

Castella recibió a portagayola a sus dos toros, sólo que su primero apenas perseguía tres veces seguidas la muleta y el quinto se le rajó discretamente al inicio del trasteo de muleta hasta acabar en terrenos de chiqueros, donde los intentos del francés por sacarle partido no fueron valorados.

En cambio, a Talavante, que también se fue a la puerta de chiqueros con el sexto, le correspondió el lote de mayor movilidad y duración. Y a ambos les hizo dos faenas largas, con ciertas desigualdades técnicas y estructurales pero con la suficiente vibración para, de haber estado más certero con la espada, obtener un mejor resultado estadístico.

Sobre todo con el sexto, con el que echó el resto a final de obra dejándose rozar los bordados por los astifinos pitones.


El resumen

Seis toros de Núñez del Cuvillo, de muy justa presencia aunque todos de finas hechuras. Corrida manejable pero baja de raza, blanda en varas y de escaso fondo en el último tercio en general.

Morante de la Puebla: media estocada desprendida (gran ovación tras leve petición de oreja); pinchazo y honda perpendicular (gran ovación).

Sebastián Castella: pinchazo, estocada corta tendida, pinchazo y estocada (ovación); estocada (ovación tras aviso).

Alejandro Talavante: dos pinchazos, estocada tendida atravesada y tres descabellos (silencio); pinchazo y media estocada (ovación tras aviso).

Talavante fue atendido en la enfermería de un corte en el dorso de la mano izquierda producido por el estoque al entrar a matar a su primero; y su banderillero Fernando José Plaza, de una contractura muscular.

Entre las cuadrillas destacaron el picador Aurelio Cruz y los banderilleros José Chacón -en la brega-, Javier Ambel, El Lili y Sánchez Araujo -con los palos-.

La plaza registró un lleno de "no hay billetes" en tarde calurosa.


lunes, 15 de abril de 2013

No pudo el torero con el compromiso

Manzanares y el fracaso de una encerrona

La plaza tuvo "lleno de no hay billetes" y la salvó buen toro de Juan Pedro Domecq, lidiado en sexto lugar, y el ánimo del público de Sevilla ayudaron al diestro español José María Manzanares a remontar "in extremis" su gesto en solitario de hoy en la Maestranza, que se le puso muy cuesta arriba con la lidia de un duro y exigente tercer toro de Victorino.




Especial / La Tauromaquia 
Said Cárdenas
 
Un toro de pelaje cárdeno claro de Victorino Martín fue lo único meritorio en la intentona de ser torero grande a José María Manzanares al encerrarse en solitario con seis toro en la Maestranza llenó los tendidos y creó un excelente ambiente la cálida tarde abrileña.

Los dos primeros cuatreños, uno noble y a menos de Núñez del Cuvillo y otro hondo y exigente de Domingo Hernández, permitieron al alicantino expresarse con sosiego, aunque sin aflorar el entusiasmo latente en la mayoría de los aficionados que abarrotaban los tendidos.
Fácil, con oficio, sin apuros, Manzanares resolvió los primeros capítulos de su monólogo, hasta que ese terciado toro de Victorino, "Vengativo" de nombre, sacudió tanta complacencia. De cortas embestidas en el capote, el cárdeno se movió endiabladamente cuando salieron los picadores, acudiendo a galope a cada uno de los caballos y huyendo de los mismos en cuanto sentía en el lomo el hierro de las puyas.

Hubo un momento en banderillas en que los seis toreros que deambulaban por el ruedo parecían pocos para hacerse con el agigantado "victorino", al que, con valor de verdad y una tremenda gallardía, Juan José Trujillo clavó dos soberbios pares.

Convertido el de Victorino, de repente, en toro de cara y cruz, Manzanares cogió la muleta decidido a echar la moneda... para perder la apuesta. Encastado y con un brío incansable, el cárdeno demostró que estaba dispuesto a embestir con recorrido y entrega, siempre y cuando se le toreara con el mando y los exactos matices técnicos que requieren los machos de su encaste.

Inexperto con ellos, pues era el primero de este hierro que estoqueaba en su carrera, el torero de Alicante fue poco a poco perdiendo la batalla, pese a su pundonor. Y pareció rematar la faena sumido ya en un pozo anímico y físico.

También el desanimo cundió en los tendidos cuando el cuarto, de El Pilar, mostró su escasez de fuerzas y obligó a abreviar al protagonista de la tarde, igual que el quinto, un sobrero de Juan Pedro Domecq, tampoco le ayudó a la remontada por su escasa raza.

Desangelado hasta entonces, fallando incluso reiteradamente con la espada, que es uno de sus puntos fuertes, a Manzanares se le iba la tarde cuando, antes de salir el sexto, la plaza rompió en una ovación de ánimo que le decidió a irse a la puerta de chiqueros.

Allí y en los medios, saludó a ese otro toro de Juan Pedro con tres largas cambiadas de rodillas, en las que el astado ya demostró la gran calidad de sus largas y entregadas embestidas. Y sobre esa virtud del "enemigo" apoyó Manzanares la única faena estimable de la tarde, basada en los muletazos con la mano derecha y en series cortas de cantiad pero de mucha intensidad.


Los toros fueron lidiados en el siguiente  orden, de Núñez del Cuvillo, Domingo Hernández, Victorino Martín y "El Pilar" y dos de Juan Pedro Domecq (5º y 6º), el primero de ellos como sobrero al ser devuelto por flojo un titular de Toros de Cortés.

Todos ellos desiguales, lógicamente, de hechuras y presencia, destacaron, por noble, el de Cuvillo y, por bravo y enclasado, el último. El de Victorino fue manso en varas, y encastado y muy exigente en la muleta.

El balance de José María Manzanares, que actuó como único espada, fue el siguiente: estocada trasera (ovación); media tendida y dos descabellos (ovación tras aviso); dos pinchazos, media tendida, pinchazo y dos descabellos (silencio tras aviso); pinchazo y estocada honda delantera (silencio); dos pinchazos y media tendida (silencio); estocada recibiendo y descabello (dos orejas).

Entre las cuadrillas, destacó la titular de Manzanares y en especial Juan José Trujillo, que saludó en banderillas y en la brega, faceta en la que también brilló José Antonio Carretero.




En su corrida dos mil

Pablo Hermoso de Mendoza
corta dos orejas y un rabo

El rejoneador español Pablo Hermoso de Mendoza colocó otra página de gloria en su brillantísimo historial taurino al cortar dos orejas y rabo en su corrida dos mil, esta tarde en la plaza de Pachuca, en el central estado de Hidalgo, México.

Ningún rejoneador en el mundo la logrado tal hazaña.
El jinete navarro alternó esta tarde con los diestros mexicanos Fermín Spínola, que escuchó aplausos, y el joven Joselito Adame, que cortó una oreja.
Con lleno total en los tendidos, se lidiaron dos toros de Los Encinos, que han sido magníficos, con vuelta al ruedo en el arrastre del cuarto, y vuelta al ruedo del ganadero. Y cuatro toros de Torreón de Cañas, en que hubo de todo y el sexto fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.
Hermoso de Mendoza, con el toro que abrió plaza, estuvo lucido pero falló con el rejón de muerte y escuchó ovación. En el cuarto se desquitó el de Estella con una actuación cumbre que hizo las delicias del público. Mató de un rejón y fue premiado con las dos orejas y el rabo, entre aclamaciones del público. Al final del festejo salió en hombros de la plaza.

Los alternantes

Spínola no tuvo suerte, le tocó lo menos propicio de los astados que se lidiaron a pie. Se mostró voluntarioso y bien con la espada. Silencio en el segundo y aplausos en el quinto.
Adame fue ovacionado en el tercero tras pinchar a su enemigo y se desquitó con el sexto, con una faena variada tanto con el capote, banderillas y muleta. Mató pronto y cortó una oreja.









Puerta del Príncipe para
Diego Ventura en Sevilla


Dos orejas que cortó del sexto toro, como sucedió también ayer con José María Manzanares, pudo sumar el rejoneador español Diego Ventura las cuatro que necesitaba para salir a hombros por la Puerta del Príncipe al final de su actuación en solitario hoy en la Maestranza de Sevilla.

Especial


Diego Ventura pone su cabeza sobre la testa del toro en la corrida de rejones lidiada hoy en solitario con toros de Fermín Bohórquez, saliendo por la Puerta del Príncipe de la Real Maestranza de Sevilla tras cortar cuatro orejas.
Un nuevo "monólogo" torero se vivió en la Maestranza, en este caso del rejoneador Diego Ventura, que, ahora sí, logró rematarlo con esa ansiada salida a hombros  por el umbral de la plaza que da al río Guadalquivir.

Para conseguirlo tuvo que hacer el jinete sevillano un sobre esfuerzo durante la lidia de los tres últimos ejemplares, una vez que la tarde transcurrió apenas sin premios hasta llegar a su ecuador.

Aunque en el paseíllo, llevados por sus mozos de cuadra, Ventura sacó al ruedo los veinte caballos que tenía dispuestos para su actuación en solitario, echó mucho en falta a "Califa", ese gran caballo castaño de último tercio que murió de un infarto hace apenas unos días.

En el toreo a caballo, tanto o más que en el toreo a pie, es fundamental matar a la primera para cortar orejas, y Ventura no las cortó de los dos primeros toros precisamente por eso, por no acertar con el acero definitivo sobre dos equinos que no le ayudaron a ejecutar bien la suerte.

Las dos fueron faenas estimables, con méritos sobrados para el corte de orejas por el temple y el valor de sus caballos, y de especial brillantez fue la que le cuajó al segundo toro, que galopó con mucha clase tras las monturas.

La única oreja concedida en esa primera parte del festejo fue la que Ventura paseó del tercero, al que recibió a portagayola con la garrocha. Fue ese el astado de menos clase de la corrida, y la faena la menos vibrante de las seis, pero premiada por haber sido, hasta entonces, la única rematada de un único rejonazo.

La lidia de los tres últimos tuvo otro color, y también la chaquetilla de Ventura, que cambió la campera gris marengo con que hizo el paseíllo por otra de terciopelo bordada con adornos de plata.

Como si el cambio de vestuario marcara una nueva corrida, Ventura mantuvo su capacidad lidiadora y la emoción de los embroques, sólo que está vez encontró, tal vez inesperadamente, la colaboración de un caballo nuevo, "Colorao" de nombre, en ese decisivo último tercio.

Y con el repentino sustituto de "Califa" pareció encontrar sobre la marcha el sitio de la muerte de los toros y, de paso, el camino hacia las orejas.

Una más le cortó al cuarto, con el que compartió el tercio de banderillas con los dos rejoneadores que salieron como sobresalientes, el riojano Sergio Domínguez, clásico en sus formas, y el valiente onubense Andrés Romero, que hizo lo más vibrante.

Pese a la mayoritaria petición, el presidente se negó a concederle la del quinto, con el que, tras dos años en el dique seco por una lesión, hizo reaparecer a "Morante", el caballo famoso por morder los pitones de los toros.

A la salida del sexto, Ventura necesitaba exactamente sus dos orejas para conseguir el objetivo de esa siempre ansiada Puerta del Príncipe, y fue así como echó el resto sobre dos de las nuevas estrellas de su cuadra, "Pegaso" y "Milagro".

Los dos tordos le ayudaron a clavar banderillas con mucho ajuste y emoción, hasta que, de nuevo "Colorao" se echó encima del toro para que Ventura lo tirara a tierra de un fulminante rejonazo y, con ello, le cortara las dos orejas que buscaba.










Un encierro descastado e imposible

Una novillada descastada e imposible para hacer el toreo de la ganadería de "El Serrano" marcó un festejo aburrido y de muy poco contenido artístico  en la plaza Monumental de Las Ventas, y en el que el mexicano Brandon Campos fue ovacionado en el sexto.


Especial

No hubo tela que cortar en la tarde. Y no la hubo por culpa del descastadísimo encierro de "El Serrano" que echó por tierra todas las posibilidades de triunfo de tres jóvenes espadas de entre los que destacó Álvaro Sanlúcar por el estilo reposado y sereno que dejó entrever en su debut en Las Ventas.

No se entiende cómo puede la empresa declarar triunfador del festejo al mexicano Brandon Campos, que aunque se mostró muy voluntarioso toda la tarde no pasó de eso.

Pero tampoco es justo criticar a los novilleros, que en mayor o menor medida solventaron la papeleta como pudieron, ya que los principales culpables de que la tarde transcurriera sin pena ni gloria fueron los seis utreros que saltaron por los chiqueros de la Monumental madrileña.

Juan Leal tuvo en primer lugar un novillo que, a pesar de lo revoltoso que fue en el capote, no aportó prácticamente nada en el último tercio.

El francés, que lo recibió con una larga de rodillas, trató de cuidarle en los primeros compases con la muleta; pero el astado, muy soso, parado y sin terminar de pasar, no quiso nunca pelea, por lo que la faena no tuvo ninguna trascendencia a pesar del empeño baldío en la distancia corta.

No pudo remontar su tarde Leal con el cuarto, un novillo también descastado que acabó quebrantándose con un volatín en los primeros compases del trasteo, disipando todas las posibilidades del novillero galo que no pudo pasar de discreto. Lo único destacado, la gran estocada que cobró.

Sorprendió Sanlúcar en el recibo a su primero por lo bien que manejó el capote, echando los vuelos por delante y abrochando los lances muy atrás, con mucha expresión, si bien es cierto que no todos salieron limpios. Todo hay que decirlo.

Compone muy bien la figura Sanlúcar, con cierto gusto en la interpretación, dando distancia, citando con la muleta adelantada y tratando de conducir con largura las embestidas de un novillo noblote pero un punto protestón por el derecho.

Al natural si logró Sanlúcar pasajes interesantes, con muletazos de uno en uno despaciosos y con "pellizco", lo mejor de una faena que, sin embargo, no acabó de "romper" lo suficiente.

El sobrero de Aurelio Hernando que hizo quinto fue un manso sin disimulo, muy abanto y distraído de salida, recorriendo todos los terrenos sin hacer caso a capotes, y saliendo rebotado de caballo a caballo donde, dicho sea de paso, no se empleó. En la muleta tampoco se prestó, brutote y cabeceando constantemente.

Sanlúcar hizo el esfuerzo para lograr momentos entonados pero aislados sobre la zurda, pero esta vez el conjunto fue más deslavazado por los enganchones y el par de desarmes que tuvo.

El mexicano Brandon Campos se mostró animoso y variado en el capote a su primero, al que toreó con limpieza aunque poco ajuste en el prólogo de una faena de muleta voluntariosa pero de poco relieve por la falta de casta y clase de su oponente, muy descompuesto, soltando mucho la cara y quedándose corto.

Puso empeño el de Querétaro sobre todo en un epílogo en las cercanías al hilo de las tablas con el animal ya desfondado por completo, pero ni así consiguió calentar una labor muy mal coronada con los aceros.

Con el sosísimo y frenado sexto llevó a cabo Campos una faena tan afanosa como insulsa en la que, no obstante, hubo cositas sueltas en las postrimerías. Esta vez si le funcionó la espada y por ello recibió una cariñosa ovación de despedida.