viernes, 8 de noviembre de 2013





Plaza Portátil

Como un desplante a las ganaderías venezolanas y especialmente las tachirenses puede tomarse la contratación de dos encierros españoles para la celebración de los 50 años de la Feria Internacional de San Sebastián 2014.
Mientras el país se desangra por la fuga de divisas, llámese dólares, euros y cupos de Cadivi con un alza en el presunto mercado negro que genera escasez para la compra de insumos necesarios para la fabricación de medicinas, alimentos, manufactura y productos de urgente necesidad, fueron aprobadas divisas para la compra de unos toros a precio oficial.
Está situación para los tachirenses que padecen diariamente el duro crimen del desabastecimiento es una bofetada al hambre que se vive en el Táchira, que no se sopese en una balanza el criterio de saciar necesidades del empresariado de la región para satisfacer la demanda de productos en el estado es una desconsideración contra un conglomerado que sufre una brutal cornada moral al ver como se despilfarran los dólares a precio oficial por la contratación de dos ganaderías españolas, la de Miura y Torrestrella.
Si bien la Feria y la fiesta brava están en crisis con este beneficio para la contratación de estos toros es una acción de desprecio contra los ganaderos venezolanos que hacen de tripas corazón para no cerrar sus fincas y sacrificar el ganado ante el elevado costo de atención que requieren para mantenerlas.
El desprecio para la celebración de los 50 años de la Feria por las ganaderías de Bellavista, Rancho Grande y El Prado que son divisas del Táchira para presentarlas en San Cristóbal es similar a la contratación de toreros mediocres como Enrique Ponce, el Fandi, Javier Conde, Padilla, Manuel Díaz Cordobés y otro grupo de farsantes vestidos de luces que se presentaron en San Cristóbal total desmerecedores del calificativo de matadores de toros.
Durante años los toreros españoles tienen sus exigencias para venir a torear en San Cristóbal y su pueblerina Feria de San Sebastián, esas mal llamadas figuras cuando son contratadas exigen toros pequeños, que las astas estén “afeitadas”, que sean despuntadas para evitar sustos en el ruedo.
Bajo ese falso concepto de interpretar el toreo durante años los toreritos españoles se mofan de los tachirenses, se llevan miles de millones de dólares que ahora son a precio oficial y ahora por si fuera poco, cuando se debe apoyar a las ganaderías venezolanas se traen dos corridas españolas que no benefician en nada a la fiesta más hermosa del mundo, la de los toros.

Al igual que en el pasado cuando los empresarios despreciaban a los toreros venezolanos ahora los ganaderos sufre el duro castigo de un verduguillo que seguramente se convertirá en una plaga a nivel nacional, que se plagará de toros españoles y colombianos por beneficios económicos que desafortunadamente lesionan los intereses de un país que vive un profunda crisis de devaluación y cierre de empresas, industrias y productores que no logran tener ese gran privilegio de lograr dólares preferenciales para no cerrar y clausurar su empresas. Por el momento es todo, motivos extrasensoriales obligan la despedida, con el compromiso del pronto regreso.

Said Cárdenas
saidmoanack@gmail.com