miércoles, 26 de abril de 2023

"Vídeo": El más grande la Historia Crónica de la tarde de rabo de Morante de la Puebla en Sevilla

 

"Vídeo": El más grande la Historia Crónica de la tarde de rabo de Morante de la Puebla en Sevilla

Segunda Puerta del Príncipe del genio de La Puebla del Río en una tarde histórica.





Fuente: www.mundotoro.com 

Morante de la Puebla es el más grande de la Historia. Jamás un torero ha dado a cada lance un sello propio. Se ha vuelto a inventar cada suerte en sus manos con un dominio absoluto de la técnica del toreo. Jamás un torero ha cuajado tantos toros con el capote, ni los ha podido tanto, ni los ha reducido tanto. No se puede torear más ceñido que Morante de la Puebla. 






Ni tampoco mejor. Con capote, muleta y espada. Una obra cumbre de principio a fin. Una faena cuya magnitud no podía ser otra que la del rabo. 

Historia de Sevilla y del toreo. ¿Y ahora qué? A ver quién es capaz de torear por gaoneras o tafalleras. Morante ha roto todos los registros. Incluso cuando su grandeza y su valor más absoluto se está acostumbrando a lo extraordinario. Y eso, precisamente, reside en poder ver torear a Morante de la Puebla. 







Delirio de Sevilla, que procesionó al genio de La Puebla del Río hasta el hotel. ¡Qué la gente se entere que Morante de la Puebla ha cortado un rabo en Sevilla! No intenten imponer calificativos o parámetros a su tarde. No los hay. Solo la pasión de una tarde que debió acabar dos toros antes, paseando al torero en hombros con el rabo en la mano. 

Excelso toreo de Juan Ortega con el capote y buena faena de Diego Urdiales, que tuvo ser premiada con una oreja, pero pecó de ir detrás del mejor de todos los tiempos. 

Con dos falores, muy pegado a las tablas, recibió Morante de la Puebla al cuarto. Un toro herrado con el hierro de Garcigrande, en propiedad de Concha Hernández, de buenas hechuras, con cuerpo y largo, pero con armonía, bajo de manos. Ligeramente acucharado, pero con longitud de pitón y una ligera vuelta que le daba seriedad y expresión.

 Fueron los dos lances de recibo el prólogo de lo que iba a llegar: una decena de verónicas con los talones hundidos, las manos bajas, el mentón hundido en el pecho y una profundidad y hondura fuera de lo común. Todo, con el toro pasando por la misma faja. 

Sin apenas perder pasos, solo ganando terreno, fijando primero el cuerpo y luego llevando la embestida. No había terminado el toro de salirse de los vuelos de la medio verónica de remate en los mismos medios de la plaza, cuando la música empezó a sonar. 

Roto estaba el toreo, que había cuajado al toro con el capote y siguió por el mismo palo para llevar al burel al primer encuentro con el caballo. Tras cumplir el toro debajo del peto, volvió Morante de la Puebla con el capote al centro del ruedo, para ‘reinventar’ el lance de la tafallera. 

Para quedarse en el sitio, embrocar y templar con trazo de muletazos. Como el mejor natural jamás descrito. En línea curva, reduciendo la embestida. Cada vez más despacio, más profundo. Con menos capote. 

Tras el segundo encuentro, entró a la palestra Diego Urdiales a la verónica, con la figura más erguida, con el remate de dos buenas medias verónicas. Con media faena ya hecha, quiso Morante rizar el rizo de la gaonera al creador que la hizo y la llenó de armonía.

 Echando siempre la pierna adelante, volvió a tener los lances trazos de muletazos. No había más espacio entre toro y torero, ni más entrega, ni más arrebato, ni más pureza. Ahí queda eso para los anales. 

Comenzó Morante de la Puebla su faena por ayudados por alto, barriendo el lomo de la bravura de ‘Ligero’. Lo sacó el diestro a los medios en una serie en la que el astado acusó la exigencia del sevillano y protestó una distancia corta.

 Perdiendo algunos pasos a lo largo de la serie y quedándose en el sitio en otros, tiró Morante de la Puebla con enorme suavidad de la embestida del astado, que seguía en esta segunda faena -tras la de capote- embistiendo con el pitón de adentro. Muletazos muy rotos, siempre hundido en la arena, entregado en la suerte, con todo el peso del cuerpo sobre la pierna de salida. 

El toreo a la plenitud. No se puede torear mejor, ni tampoco más ceñido. Monumentales fueron los muletazos al natural sin inercia, enganchando las embestidas muy adelante, con la bamba de la muleta y tirando de la embestida con un trazo más largo. 

Cada serie era mejor a la anterior, sin ningún límites. Para partirse las camisas. Sevilla se veía en la obligación de jalear cada muletazo hasta unos decibelios propios de cualquier caseta de la feria. Pobre de aquel que estuviera allí ajeno a la grandeza del toreo

A esa forma de vivir y de sentir. Unos ayudados por alto trajeron a Sevilla a Joselito ‘El Gallo’, aquel también que tuvo sus más y sus menos con una afición que hoy no le quedó de otra que morir por Morante. Se entregó el de La Puebla del Río en el final por naturales de frente, para citar, luego, con el compás abierto, pero manteniendo la pureza del cite. Solo quedaba la espada. 

En corto y por derecho remató la obra. La plenitud del toreo. No busquen calificativos comunes para una faena de genios. Ni tampoco adjetivos para describir algo grande aquello que se usa para lo cotidiano. La tarde no merece tanto maltrato. Tampoco el toreo de Morante de la Puebla.

Ya cuajó un importante recibo con el capote a la verónica al primero, un toro de buenas hechuras, que se empleó en tan poderosos lances y llegó a la muleta con el fondo muy justo.

 No es fácil aguantar el toreo de Morante de salida, pues exige a los toros salirse de su vía natural al ser tan ceñidos y enganchados los lances. No duró el toro más que una tanda por el derecho, pero ya se vio cuajar una obra excelsa a la verónica. Aunque, en este caso, la batuta del director no diera las órdenes oportunas.

La primera vez que los acordes sonaron durante la tarde por el toreo del capote fue en el recibo a la verónica de Juan Ortega, que redujo a la máxima expresión la embestida del tercero a la verónica. 

Fue éste un toro de buenas hechuras, que llegó a la muleta con mucha clase y ritmo en la embestida, pero con el fondo justo por la faena de capote que le recetaron. Y la verdad que fue así, pues el sevillano lo cuajó y lo crujió con el capote. Tras el recibo a cámara lenta, llegó un quite por delantales soberbio, con la figura erguida, tocando con gracia y sutileza el costado de toro. Todo rematado de una media echándose el toro muy hacia dentro y a la cadera contraria. 

Entró a la palestra Morante, que conocedor del justo brío del toro, citó por arrebatadas y enroscadas chicuelinas, que tuvieron la firma de una media de frente para enmarcar. El toreo de capote a la máxima expresión. Volvió Ortega a la palestra, de nuevo a la verónica. La entrada estaba amortizada. Pocas veces se ve torear así. ¿Para qué la muleta?

Luego, varias tandas de enorme pulso y cadencia, de enorme temple y pulso. No existía la línea recta, siempre con los viajes rematadas atrás. También así fue el sexto, que tuvo buen embroque, pero le faltó mayor celo y empuje en su embestida. Además, se vino pronto a menos. Dos faenas de gusto de Ortega, al que Sevilla siempre espera.

La faena de Diego Urdiales al quinto tuvo el pecado de desarrollarse cuando los aficionados pedían tiempo para recuperarse de las emociones de Morante de la Puebla. Aquellas que te recorren todo el cuerpo y te deja exhausto, pero con unas ganas de salir de fiesta, abrirse la camisa y contar a todo el mundo que has visto al diestro de La Puebla. 

Fue éste un toro que tuvo un buen pitón derecho y peor izquierdo. Con mandones doblones por bajo se lo sacó Urdiales, para después cuajar varias series sobre la diestra de mucha importancia, de mano baja y pureza en los toques y en las formas. Bajó el tono al natural, por donde la embestida era más corta. Una gran estocada puso la rúbrica. El manso segundo, nunca se entregó y embistió siempre a arreones en línea recta. 

Expuso el de La Rioja que consiguió dar orden al desorden. La tarde de Urdiales, en cualquier otro día, debía haberse traducido con una oreja alrededor del anillo. Pero hoy ha cortado Morante de la Puebla un rabo en Sevilla. No lo intenten entender. No pierdan el tiempo. Solo clamarlo a los cuatros vientos en esa necesidad imperiosa. Porque es el mejor de la Historia. 

Ficha del Festejo:

Hierro de Domingo Hernández - EspañaHierro de Garcigrande - EspañaPlaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. 8º de la Feria de Abril. Casi lleno de entrada. Toros de Domingo Hernández y Garcigrande (1º, 3º, 4º y 6º), en propiedad de Concha Hernández, bien presentados, de buenas hechuras y buen juego en su conjunto. Destacó por encima de todos el gran cuarto, con mucho fondo, de nombre ‘Ligerito’, nº 82, negro, nacido el 12/18, con 515 kilos de peso, que fue premiado con la vuelta al ruedo. Bueno también el tercero, que se empleó mucho en los primeros tercios y llegó a la faena de muleta con mucha clase, pero poco fondo. Con buen pitón derecho el quinto. Venidos a menos el primero y sexto. El segundo, manso, fue malo. 

• MORANTE DE LA PUEBLA, ovación y dos orejas y rabo. 

 DIEGO URDIALES, silencio tras aviso y ovación. 

• JUAN ORTEGA, ovación y silencio.

 

Corridas de toros en Colombia: se hundió el proyecto que buscaba prohibirlas

La Comisión Quinta de la Cámara de Representantes hundió en tercer debate el proyecto de ley que buscaba prohibir progresivamente las corridas de toros y corralejas en Colombia.

 
 

La Comisión Quinta de la Cámara aprobó la ponencia negativa impulsada por la congresista Ana Rogelia Monsalve.

La Comisión Quinta de la Cámara aprobó la ponencia negativa impulsada por la congresista Ana Rogelia Monsalve.
Foto: Mauricio Alvarado Lozada
 
 

En la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes se hundió el proyecto de ley 328, liderado por la senadora Andrea Padilla, con el que se buscaba la prohibición progresiva de la tauromaquia y las corralejas en el país.

Con 11 votos a favor y 9 en contra, la cámara baja le dijo no a esta iniciativa luego de que la representante Ana Rogelia Monsalve pidiera el hundimiento de la iniciativa al considerar que tenía problemas estructurales.

 
Andrea Padilla habló sobre el hundimiento del proyecto que buscaba prohibir progresivamente las corridas de toros y corralejas en Colombia.
 
“Hubo un lobby taurino y gallero muy fuerte”: Padilla sobre proyecto de corridas de toros
 

Monsalve argumentó que la iniciativa no contemplaba soluciones para toreros, ganaderos, las familias que trabajan en el campo y que por eso, era un proyecto que no tenía viabilidad y que solo generaría más problemas económicos en el país. “Ni la libertad ni la cultura son derechos absolutos, pero el deber de protección animal tampoco es absoluto. La tauromaquia es considerada una expresión artística y cultural por la Corte Constitucional, lo que significa que hay que equilibrar la protección del el medio ambiente y el respeto por la tradición”, afirmó la representante a través de sus redes sociales.

Fuente: www.elspectador.com