lunes, 23 de junio de 2008

Información. VENEZUELA

La Decadencia de la Fiesta

Brava en Venezuela.-


Por: Eutiquio Hevia P.

Miembro Fundador de A.CO.TA.VE


Un tema polémico y muy subjetivo, este, que abarca todas las facetas de la Fiesta desde su elemento principal el Toro, hasta los ganaderos que son los que mantienen esta raza tan especial.


Acá están incluidos todos los estamentos que hacen posible que esta actividad prosiga el difícil camino de subsistencia, ante un panorama tan desolador y que ha venido mermando la actividad dentro del territorio nacional, cuando el mismo ya forma parte de las tradiciones que permanecen enraizadas en el pueblo .


Todo un andamiaje de personajes que hacen posible que el mismo subsista y que habrá que ponerle coto a los desmanes que se presentan en esta sociedad de cómplices, donde todos tienen que ver el por mismo problema: ganaderos, toreros, empresarios, comisiones taurinas, cronistas, comentaristas, Peñas taurinas, que van a los tendidos es a beber y no a ver toros, de igual forma a todos los aficionados en general.


He querido tocar el tema, porque hay que señalar realidades, que viene confrontando esta actividad que ya es parte integrante de nuestro diario devenir, pues las festividades patronales y las diferentes fiestas en nuestros pueblos, incluyen la actividad taurina para la celebración de dichos acontecimientos que en vez de multiplicarse han venido disminuyendo paulatinamente.


Hemos constatado que tenemos ganaderos y gana duros, los unos trabajan por sacar sus productos y dejarlos para que se escuche la oferta y la demanda, de acuerdo a los intereses que existan en el mercado ferial; ganaderías comerciales y vacadas con encastes que ponen a cada quien en su sitio, las otras, numerables vacadas que han ido surgiendo sin la debida atención, solo criar y sacar productos al mercado para poderlos comerciar, sin que se tenga la debida atención, donde predomine calidad y no cantidad y donde el novillo-toro se ve en las distintas plazas de nuestra geografía nacional, defraudando a la afición quien es la que paga y mantienen el espectáculo, que es cada día más caro y elitesco, bajo la mirada complaciente de las Autoridades o Comisiones Taurinas.


A esto hay que aunarle en las ferias grandes como Valencia, Maracay, Mérida, San Cristóbal, por nombrar solo a las más importantes, los caprichos e imposiciones de los toreros extranjeros, por medio de sus apoderados o representantes, quienes vienen imponiendo su intereses por los variados factores como el afeitado, la presencia de ejemplares cómodos para ellos, que no les infundan terror o miedo, ya que vienen a estos lares para realizar turismo y no para actuar decididamente como espera el aficionado, pues vienen a hacer la América a pasear y ganarse unos dolarcillos y no a justificarse plenamente.


A esto, vamos agregándole otros ingredientes, como son la pésima calidad de los toreros Subalternos quienes enfrascados en su peleas intestinas no se tienen profesionalismo y cumplen a medias su trabajo, de igual forma los Picadores o castoreños, no cumplen en realizar la suerte como es debido, solo se han convertido en vulgares picadores que desprestigian el espectáculo, de igual forma acontece con los Matadores nacionales quienes en con contadas excepciones cumplen a cabalidad con sus presentaciones, poniendo en tela de juicio su valía, por la poca o nada entrega y deseos de superación y aceptación, ante el soberano.


Ante este panorama tenemos, a los Subalternos divididos, La Asociación de Matadores de Toros y Novillos, disgregada, lo novilleros a la deriva y de igual forma el escalafón de los matadores sin fuerza necesaria para poder imponerse en su propia tierra. Con esto podemos afirmar que en la Unión está la fuerza, esa que les hace alfa a estos gremios y acá están dando oportunidad para que hagan con ellos, lo que las empresas le venga en ganas. Y se es un resultado muy desalentador.


A todo esto hay que agregarle la prensa complaciente, la que viene a ensalzar y convalidar todos los errores y horrores que vamos contemplando y palpando en las diferentes plazas y que mantienen con mucha zalamería una situación que hay que denunciar con energía y valor para adecentar el problema porque en este gremio puedo afirmar aquel dicho de que acá: “ni son todos los que están, ni están todos los que son”.


De igual forma, hay que acotar con los festejos sueltos que se van presentando en la diferentes placitas portátiles del interior de la república, donde los empresarios u organizadores también vienen matando la gallina de los huevos de oro y presentándoles a los aficionados, gato por liebre o mejor dicho novillos por toros y festejos de mala calidad, donde se atraca al parroquiano.

Ya han pasado algunos años, donde no se reúnen las Comisiones Taurinas a nivel nacional, para discutir la variada problemática que afrontan estos cuerpos colegiados y donde se tendrá que realizar muchas reformas a los reglamentos taurinos que son letra muerta en las plazas de toros.


Como podrá analizar el amable lector, oyente o televidente, la situación taurina no es un campo de rosas, ni una zona fértil para cosechar una mejor afición que podamos encauzarla a defender la fiesta en toda la extensión de la palabra, es una tierra árida con mil problemas y donde no se dan cuenta o no se percatan las municipalidades del beneficio que proyecta la fiesta, para el turismo, las economías regionales, el trabajo informal y donde una infinidad de personas viven y se mantienen alrededor de la Fiesta Brava.


Que este análisis somero, sirva para pensar detenidamente sobre esta situación que vive el más bonito y alegre espectáculo que ya está enraizado en suelo nacional y podamos con la ayuda de buenos y excelentes aficionados, ponerle coto a tanto a tropello y deslealtad, con un espectáculo de masas que tienen mucha aceptación en suelo venezolano.

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