jueves, 5 de julio de 2012


La CIT pide al gobierno de España
que declare los toros "Patrimonio Cultural"

La Coordinadora Internacional por la Tauromaquia pidió  al gobierno español que declare los toros "Patrimonio Cultural de los Ciudadanos" y ha manifestado a la vez que seguirá trabajando por la defensa y blindaje de la fiesta de los toros en todo el mundo.

"Es necesario que el gobierno central empiece a demostrar que no tiene complejos para presumir de su legado cultural y protegerlo, e inscriban la Tauromaquia como lo que es, un Patrimonio Cultural de los Ciudadanos", expresó hoy el venezolano William Cárdenas, presidente de la CIT, en una rueda de prensa celebrada en la sala "Cossío" del coso madrileño de Las Ventas.

La CIT, órgano que tuvo su nacimiento hace justo un año como herramienta para coordinar los actos de defensa y protección de la Tauromaquia en los ocho países con arraigada tradición, reunió hoy en Madrid a los medios de comunicación para hacer balance de su primer año de trabajo.

"Debemos felicitarnos por la gran labor realizada, que ha hecho posible que un gran número de municipios españoles, portugueses, franceses, venezolanos, mexicanos, ecuatorianos, colombianos y peruanos hayan realizado ya declaraciones locales y autonómicas para que los toros sean Patrimonio Cultural", reconoció Cárdenas.

No obstante, "el trabajo desde continuar", ahora es necesario "lograr un mayor número de adhesiones municipales como vehículo para que el gobierno se decida a hacer un blindaje a nivel nacional, como ya ha ocurrido en Francia", señaló también Felipe Díaz Murillo, presidente de la Federación Internacional de Escuelas Taurinas.

"Es incomprensible que si en España se celebra y se elogia el valor que ha tenido Francia para inscribir los toros como Patrimonio Cultural con tan sólo 47 localidades con tradición taurina, nuestros políticos se están pensando aún hacer algo parecido aquí, la verdadera cuna del toreo", apostilló Díaz Murillo.

Por su parte, Julio Martínez, presidente de la Asociación Nacional de Presidentes de Plazas de Toros, reconoció la importancia en que se declare 'la Fiesta' Patrimonio Cultural de los Ciudadanos, "mucho mejor que la pretensión inicial de declararlos Bien de Interés Cultural (BIC), que no tiene carácter legislativo".

Jorge Fajardo, presidente de la Unión de Federaciones Taurinas de España, y Francisco Serrano, presidente de la Asociación de Abonados de Las Ventas, felicitaron a la Coordinadora por el "gran trabajo" realizado en este primer año, y se comprometieron "a seguir colaborando duramente hasta conseguir el objetivo marcado".

Como colofón al acto, el presidente de la CIT, William Cárdenas, hizo de nuevo el mismo llamamiento inicial a las autoridades españolas:

"El Estado está obligado a proteger su patrimonio cultural, defendiendo sus valores, y en esta caso la Tauromaquia debe ser defendida a capa y espada como base y fuente de las bellas artes. Es un camino largo el que nos queda para conseguirlo, pero es la única forma que tenemos para que la UNESCO nos respalde de una vez", finalizó Cárdenas.


Sanfermines: el toro en todas
en el ruedo y en la calle

El culto al toro como expresión festiva es el sello inconfundible de los sanfermines que arrancan mañana en Pamplona (norte de España), una celebración universal y exagerada que tiene como eje al bravo animal en todas sus composiciones, en el ruedo y en la calle.

Del 7 al 14 de julio próximos, ocho días de emoción y vértigo, que confieren carácter al ciclo, por el desafío constante y temerario en el encierro matinal, y en el que multitud de mozos corren delante de los toros desde los corrales situados a algo menos de un kilómetro de la plaza, en la que por la tarde se celebra la corrida y en la que los toreros son ya los únicos actores.

Una fiesta absolutamente diferente y llena de ritos, que se cumplen a rajatabla a pesar del aparente desorden por el agobio de espacios rebosantes de participantes, lo mismo en los cánticos a modo de plegaria al Santo pidiéndole protección en el encierro, que en las normas para correr entre las astas de los toros.

Quizás donde el corredor es menos riguroso con la liturgia taurina es en la corrida en si misma, por la tarde, ya que la atención y el silencio previos a la emoción por la actitud y destreza del torero frente al toro, en esta plaza tiene fondo y forma de jarana.

Canciones y pantagruélicas meriendas proyectan la algarabía en los tendidos de "sol", cuyos ocupantes viven el festejo casi siempre ajenos al ruedo. Es otro espectáculo dentro de la misma corrida, que "la sombra", la otra parte de la plaza, contempla atónita, a veces incluso con malhumor por lo que se supone de falta de respeto al hombre que se juega la vida.

Pero también hay pasajes desde la ironía con la que actúan los revoltosos y bullangueros mozos, que ponen la verdadera "chispa" de lo que está pasando no ya en la plaza si no en un contexto más amplio, bien sea político o social, o de cualquier naturaleza.

Eso sí, cuando en el ruedo ocurra algo extraordinario de verdad, serán los más inquietos los que se vuelquen más apasionadamente valorándolo desde un punto de vista más positivo.

Por eso Pamplona es diferente. Por su ambiente singular y proverbial. Porque el toro que sale aquí es de aparatosa morfología, largo y hondo de tipo además de lucir amplia cornamenta, y también santo y seña de bravura en base al comportamiento que las ganaderías contratadas tienen en otras plazas de máxima categoría.

También por ello no es fácil contar con las figuras. Pero ésa es la esencia de los sanfermines, cuya configuración actual surgió en 1959, cuando Pamplona llevaba ya mucho tiempo dando toros por San Fermín, y surgió un problema en la contratación de los dos más importantes de aquel año, Antonio Ordóñez y Luis Miguel Dominguín.

Entonces se pensó en el toro como eje de "la Fiesta", prescindiendo de ambos. La apuesta fue por las divisas de relumbrón, y así se hace desde entonces. De hecho, la Casa de Misericordia, propietaria de la plaza, trabaja indefectiblemente en esta dirección, eligiendo primero las ganaderías, cuya lista facilita en diciembre, y a partir de ahí llama a los toreros.

Claro que tampoco es inflexible en el capítulo torista, y así, con las ganaderías que no quieren ver ni en pintura los de más caché, como son Miura, Cebada Gago, Dolores Aguirre y Fuente Ymbro, se alternan otras teóricamente más fáciles como El Pilar, Torrehandilla, Victoriano del Río y Juan Pedro Domecq.

Así y todo, los toreros de arriba que han aceptado venir a estos sanfermines son El Juli -el único que hace doblete-, Castella, Perera y Talavante. Los ausentes más notables son Morante y Manzanares, pues no cuentan Ponce, que anunció el pasado año su despedida de Pamplona después ser asiduo durante muchos años, ni José Tomás por su peculiar planteamiento de temporada con tres corridas sólo.

Otros alicientes son la comparecencia del veterano Juan Mora, y de los emergentes Fandiño y David Mora, y los que se han revelado este año en San Isidro con importante proyección, es decir, Luque, Morenito, Pinar, Gallo, Tejela y Castaño. También a Nazaré le respalda una buena actuación en Sevilla. Como a Padilla su propio palmarés en esta plaza, y a Ferrera el reciente triunfo en Badajoz con seis "victorinos".

Los Joselillo, Rafaelillo, Robleño, Marco, César Jiménez, Jiménez Fortes y Fandi, no están exentos de dar la sorpresa.

El toro va a salir para todos, también para los corredores. A unos y otros, que Dios reparta suerte.


Pamplona a festejar los Sanfermines 2012

La ciudad de Pamplona, en el norte de España, tiene todo a punto para abrir un año más, el seis de julio, los Sanfermines, una de las fiestas españolas más universales.

Durante nueve intensos días, del 6 al 14 de julio, Pamplona se vestirá de blanco y rojo y recibirá a miles de visitantes llegados de todos los rincones de España y del mundo.

A las doce del mediodía del viernes 6 de julio, el "chupinazo", anunciará el comienzo de la fiesta en la plaza del ayuntamiento de la ciudad.

Como cada año, en un ritual seguido por televisión desde varios países, a las 8 de la mañana (las 06.00 GMT), el próximo sábado comenzarán los encierros que dieron fama mundial a estas fiestas.

Los 800 metros que separan los corrales de Santo Domingo de la plaza de toros serán recorridos a velocidad de vértigo cada mañana, hasta el 14 de julio por centenares de "mozos" delante de las reses que serán lidiadas horas después.

La emoción de los encierros y las corridas de toros, unida a los múltiples actos programados, ayudarán esos días a olvidar a los asistentes la crisis económica que sufre España, según el alcalde de Pamplona, Enrique Maya.

"Si alguna fiesta es para momentos de crisis, esa es San Fermín, con infinidad de actos en la calle y en la que se puede disfrutar mucho con un gasto controlado", declaró a Efe Maya, nacido en Montevideo, y que llegó a España con solo tres años.

El regidor recomienda a los turistas "los encierros, que no se puede perder nadie; también es impresionante el chupinazo, aunque para alguien que viene de fuera meterle en la Plaza Consistorial es complicado; una corrida de toros, por supuesto; el ambiente de las peñas y la calle...".

Entre los extranjeros más asiduos a estas fiestas destacan los estadounidenses, junto a los franceses, por su proximidad geográfica, aunque también acuden un gran número de británicos, italianos, alemanes y de países de Latinoamérica.

Según Maya, en los Sanfermines de 2012 tienen confirmada su asistencia los embajadores de Chile y Nicaragua.

Un visitante ilustre del pasado que contribuyó a hacer universalmente famosos los Sanfermines fue el escritor estadounidense Ernest Hemingway, con su novela "The sun also rises" (1932) -traducida como "Fiesta"-.

Otros escritores como Orson Welles o Arthur Miller, además de personajes famosos como la actriz Ava Gardner o el torero y actor Mario Cabré, también disfrutaron en su momento de los Sanfermines.

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