jueves, 28 de abril de 2011


Feria de Abril

Salvador Cortés, vuelta con sabor

a triunfo con "Victorinos" descafeinados

Salvador Cortés dio una vuelta al ruedo, reconocimiento que pudo ser mayor de haber estado más acertado con la espada, en una deslucida corrida de toros de la ganadería de Victorino Martín, hoy en Sevilla.

Petardo ganadero en La Maestranza. Nada nuevo desde el Domingo de Resurrección que comenzó el ciclo abrileño. Pero hay que advertir que esta vez se trataba de los toros de Victorino Martín, y, ojo que no está el horno para bollos.



Aburrimiento y desesperación al cincuenta por ciento se enseñorearon una tarde más en La Maestranza. Lo que más daño le hace a "la Fiesta".

Menos mal que el esfuerzo de la terna en los seis toros fue más que notable, y de vez en cuando, muy de vez en cuando desde luego, dio sus resultados positivos.


Sobre todo en el caso de Salvador Cortés, que con el único toro que se echó para adelante, el sexto, o lo que es lo mismo en los últimos suspiros de la fracasada tarde, llegó a cuajar una notable actuación. Cortés toreó tan bien que desbanca de los titulares al fracasado ganadero.


De no haber sido por ese último toro, y sobre todo por la disposición y acierto del torero frente a él, a estas horas lloverían comentarios y críticas poniendo en la picota al conocido ganadero.

Debe estar agradecido Victorino a Salvador Cortés, que entendió a las mil maravillas a un toro que de salida no prometía mucho, huido de los capotes y suelto en los dos encuentros con el caballo.

Cortés brindó a su hermano el otrora matador de toros Luis Mariscal, actualmente co-apoderado suyo, que un día de severa autocrítica decidió cambiar el oro por la plata para alistarse precisamente en su cuadrilla, y que el año pasado sufrió en esta misma plaza una de las cornadas más aparatosas de la temporada.

La Maestranza, sensible con estas cosas, rubricó el abrazo de los hermanos con una sentida y cerrada ovación.

Y cuando parecía que hasta ahí iban a llegar las emociones, Cortés se puso muy de verdad frente al "victorino", esperándole con paciencia. Tardeaba mucho el animal, que por fin en la distancia corta se decidió a embestir. Dos series a derechas con cierta parsimonia y limpieza, y hasta con ligazón.

El toro, muy quedado, sin embargo, cuando se arrancaba iba bien. Fue cuando irrumpió toda el alma torera de Cortés, muy encima y muy quieto, enganchándolo en corto para llevarlo largo, muy largo, y mandón. Pases de notable estética, y mucho más.

El toreo al natural de una extraordinaria lentitud, muy fino y compacto. Firmeza y sentimiento. Y lío de olés. Naturalmente también la música. Algo inesperado en la tarde, y que valió mucho la pena. Todavía una tanda más al natural.

Y, lástima, se interpuso un pinchazo antes de la estocada definitiva. Hubo petición de oreja, pero insuficiente. No obstante, Cortés dio una vuelta al ruedo con sabor a triunfo grande.

Toro quedado y de embestida insulsa el que hizo tercero, al que todavía Cortés le enjaretó algún muletazo por el derecho de buena enjundia, pero la colaboración del toro se redujo prácticamente a nada. Por el izquierdo además tuvo también su "guasa".

En temporada de despedida, Padilla decía adiós a La Maestranza. Y no tuvo suerte con sus toros. Su primero se venía andando y sin fijeza. El cuarto, descompuesto primero y apagado después, fue lo que se dice un borrico con cuernos.

En los dos estuvo Padilla más que voluntarioso, fácil y seguro con las banderillas, y extraordinariamente bien a la hora de matar. La estocada al cuarto es hasta el momento la más firme candidata al premio de la feria en este apartado.

"El Cid" echó mano de la técnica para andar frente al quedado y "orientado" segundo, que estuvo siempre al acecho.

Y se puso machacón en el quinto. No vale decir que pesado porque en estos casos se agradece mucho la voluntad. Pero no merecía tanto tiempo el "victorino", que ya había proclamado su absoluta falta de raza echándose a la salida del primer puyazo.

Mal asunto lo de Victorino Martín en Sevilla, que por segundo año consecutivo no le salen bien las cosas. Hoy debe estar agradecido a Salvador Cortés por "robarle" protagonismo.

FICHA DEL FESTEJO.-

Toros de Victorino Martín, bien presentados, aunque de una absoluta falta de raza en los seis, lo que se tradujo en juego muy deslucido, salvo el sexto, que tuvo tanta clase como poco brío, el único apto para el toreo.

Juan José Padilla: casi entera (silencio); y gran estocada (gran ovación).

Manuel Jesús "El Cid": pinchazo y estocada (ovación); y buena estocada (leves palmas).

Salvador Cortés: estocada corta, trasera, tendida y caída (silencio); y pinchazo y estocada (vuelta tras petición insuficiente).

En cuadrillas, picó bien al segundo Juan Bernal.

La plaza tuvo más de tres cuartos de entrada en tarde espléndida.

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