miércoles, 25 de abril de 2012


Feria de Sevilla

Talavante corta una oreja

El extremeño Alejandro Talavante se llevó un trofeo del tercer toro de Jandilla gracias a un estoconazo fulminante, en el festejo celebrado en la plaza de la Maestranza, décimo cuarto de la Feria de Abril de Sevilla.

Redacción
La Tauromauia

La extraña Feria de Abril 2012 encara su final inexorable sin que dejemos de acordarnos de Manzanares y miremos hacia el festejo de mañana, el único que ha polarizado verdaderamente el interés de un pobre abono que está cantando en el ruedo lo que ya anunció en el papel.

Esta tarde se lidiaba un encierro de Jandilla, de buen aire en conjunto pero venido abajo en los finales que habría sido de revolución con sólo un poco de gasolina.

Alejandro Talavante, que ya se llevó un trofeo eclipsado por la apoteosis manzanarista, se llevó hoy otra oreja del tercero de la tarde que añade escasos galones a su palmarés y tampoco puntúa demasiado de cara a los resultados finales de esta aburridísima feria.

Pero no hay que quitar los méritos que sí tiene el extremeño, que recibió a ese animal con un par de vistosas chicuelinas antes de perdonarle la vida en el caballo. Talavante se fue haciendo con la noble condición del toro, primero con un puñado de limpios muletazos diestros en los que nunca llegó a ajustarse ni romperse por completo.

El astado se abría en los embroques con bondad y el torero se dispuso a tirar de la especialidad de la casa al tomar el engaño con la mano izquierda. Surgieron entonces, dentro de una serie de medio tono, dos naturales de seda que en esta plaza no le suelen fallar.

Tampoco hubo mucho más que el gran estoconazo que validó esa oreja tan justita para un torero en fase de eclosión como figura al que hay que exigir muchísimo más.

Con el sexto -enorme, hondo y cuajado pero tan blandito como sus hermanos- se llevó un mundo en la cara administrando los tiempos muertos de un trasteo que nunca dijo nada hasta aburrir a un público que estaba loco por coger la puerta.

Sebastián Castella concluyó la pésima y excesiva feria que le han brindado los entresijos de la política taurina y lo hizo impacientando a todo el mundo y mostrando una preocupante falta de alma, temple y expresión que le anulan como torero.

El diestro francés se llevó el toro de mayor duración del encierro de Jandilla, un segundo que apenas humilló en el deslavazado capote del francés. Pero el de Jandilla se acabó abriendo y desplazando en la muleta y el matador fue incapaz de templarlo en una espesísima labor en la que amontonó muletazos sin ton ni son sin la más mínima huella.

Algún muletazo diestro se antojó un espejismo y su labor con la derecha fue un destajo insulso al que sumó un arrimón tan improcedente como incomprendido.

Y es que era la tercera tarde del francés en una feria que despidió con un enorme y blando torazo al que se hartó de dar mantazos de todos los colores alargando su faena en medio de la rechifla general del público.

Al Cid, en cambio, le queda otro compromiso en este ciclo que se le está yendo en blanco una vez más. Haciendo honor a su proverbial suerte en los sorteos se llevó los dos toros de mayor calidad del envío de Jandilla. Al primero, que duró muy poco, le enjaretó un puñado de muletazos tersos y templados que fueron lo mejor de la tarde.

Desgraciadamente, el elegante y esperanzador galope del cuarto no tuvo continuidad en la muleta y lo que se anunciaba como fiesta grande se quedó en una larga porfía sin ningún sentido.




Se lidiaron seis toros de Jandilla, muy bien presentados y cuajados. En general tuvieron mejores principios que finales y se acabaron viniendo abajo en la muleta a pesar de su nobleza. El segundo tuvo más duración y el cuarto galopó en los dos primeros tercios y claudicó al final.

Manuel Jesús 'El Cid', de amapola y oro. Pinchazo y estocada caída (Silencio). Estocada desprendida (Silencio).

Sebastián Castella, de Cautivo y oro. Estocada trasera (Silencio). Estocada corta y descabello (Silencio).

Alejandro Talavante, de obispo y oro. Gran estocada (Oreja). Estocada tras dos pinchazos (Silencio).

La plaza no se llenó por completo en tarde progresivamente fría, ventosa y desapacible. Destacaron los banderilleros Javier Ambel y Alcalareño.









Macías en Aguascalientes

Aguascalientes
Especial.-


El mexicano Arturo Macías, muy firme y con buena calidad, cortó hoy la única oreja en la segunda corrida de la Feria de San Marcos en esta ciudad del centro de México.

A su vez el rejoneador español Pablo Hermoso de Mendoza, por sus fallos con el acero, no pudo obtener trofeos en la última corrida de su brillante campaña en México.

Completó el cartel el también mexicano Fermín Spínola, que no tuvo suerte y, como Pablo, se fue de vacío.

Con lleno total en esta fecha en que se festeja al santo patrón de Aguascalientes se lidiaron dos toros de Los Encinos, el primero y el cuarto de la tarde, que fueron muy buenos, y cuatro de Campo Real, muy bueno el que hizo tercero y los otros tres cumplieron sin tener mucha emotividad.

Por sus fallos con el acero, Pablo Hermoso dejó ir un triunfo que tenía en la bolsa.

Con el primero estuvo monumental, con rejones de castigo, banderillas al cambio y a dos manos, y haciendo gala de su maestría como jinete sin par. Pero con el rejón de muerte pinchó en varias ocasiones y todo quedó en palma con algunos ligeros pitos injustificados.

Con el cuarto repitió la dosis e hizo enloquecer al público con cuatro cabriolas continuas en un palmo de terreno, y midiendo muy bien la embestida del toro.

Cerró su labor con un par a dos manos en todo lo alto, pero nuevamente con el acero falló y lo que significaba orejas quedó en leve petición de oreja y una salida al tercio para escuchar la ovación.

El apoderado de Pablo Hermoso de Mendoza, Jorge Canales, informó que el navarro sale mañana con destino a España para iniciar su campaña de 2012, y sus jacas toreras lo harán el martes próximo.

Spínola estuvo voluntarioso, pero el segundo de la tarde era un burel muy soso, desabrido, y el torero recibió la ovación de la gente pero sin lograr el éxito.

Y se repitió la historia en el quinto de la tarde, que aunque colaboró un poco más vino a menos y terminó deslucido y sin emoción. Lo mató de varios intentos para cerrar su labor.

Macías estuvo con una actitud de entrega total en sus dos enemigos, pero además en el tercero (el mejor de Campo Real) estuvo muy firme y sobre todo con calidad y mostrando esa facilidad de conectar con el público de inmediato.

La faena fue subiendo de tono para la estocada, pero el toro tardó en doblar y el juez sólo otorgó una oreja con petición de otra, que no entregó.

Y en el toro que cerró plaza, Arturo siguió en el mismo plan de entrega, poniéndole los muslos en los diamantes de los pitones del toro, y también una lástima que no alcanzó la salida a hombros por haber fallado con la espada.

Pero el público salió muy satisfecho con la actuación de entrega del torero local.

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