Puerta Grande para Rafa Rodríguez y oreja para Guevara
Los matadores de toros venezolanos Manuel Medina "El Rubi" y José Cariel se fueron de vacío.
La plaza registró más de tres cuartos de entrada, en tarde calurosa. Se lidiaron toros venezolanos de la divisa Los Marañones, bien presentados, de diferente comportamiento y astifinos, salvo el de rejones.
El rejoneador Rodríguez, dos orejas.
"El Rubi", silencio.
Guevara, oreja.
Cariel, silencio.
El rejoneador Rodríguez fue sacado a hombros al terminar la corrida.
TOROS-COLOMBIA
Ureña, poco conocido en Colombia, fue la gran y agradable sorpresa de la tarde, ante una plaza a medio llenar en la que alternó con los colombianos Sebastián Vargas y Cristóbal Pardo.
Los tres matadores lidiaron toros del hierro de Juan Bernardo Caycedo, cuyas reses tuvieron una magnífica presencia y un muy favorable comportamiento.
Sin duda, el gran triunfador de la jornada fue el joven Ureña, que sorprendió por su sitio, por su buen andar en el ruedo y por ejecutar las suertes con máxima limpieza.
La corrida la abrió Sebastián Vargas, quien escuchó palmas en el cumplimiento de sus tres tercios. Bien con el capote, magnífico en los quites, seguro con las banderillas, pero no rubricó su faena con la espada.
El segundo toro, cuarto de la tarde, se derrumbó de los cuartos traseros durante la mitad de la faena de muleta, por lo que tuvo que ser apuntillado en el ruedo.
El también colombiano Cristóbal Pardo fue voluntarioso en la ejecución de las distintas suertes y sobresalió en su cumplimiento con las banderillas, dentro de una faena laboriosa. Despachó a su enemigo de pinchazo y estocada, y escuchó un aviso.
Después de una aceptable labor con capa y muleta, Pardo falló a espadas en su segundo astado, el quinto de la tarde, por lo que sonó un aviso y se escucharon algunas palmas.
El festejo lo cerró Ureña, que cortó una oreja a su primero y obtuvo las dos orejas y el rabo de su segundo, sobrero número 85, con 500 kilos de peso, que fue indultado.
El español fue paseado a hombros por el redondel y así salió por la puerta grande.
La segunda y última corrida de las festividades del Sol y del Acero será mañana, lunes, con los rejoneadores colombianos Juan Rafael Restrepo, Jorge Enrique Piraquive, Willy Rodríguez y Mauro Andrés, que lidiarán un encierro de Achury Viejo.
Con un clima nublado y frío y con un público que llenó la plaza Vistalegre, se efectuó la corrida de feria en la que se lidiaron toros de las ganaderías de San Juan y San Pablo, provenientes de la zona.
El diestro Antonio Urrutia, que vestía de nazareno y oro, se mostró como torero con oficio y cuajó su primera faena que acabó con estocada pero el animal tardó en doblar. Escuchó una ovación.
En su segundo toro, el mexicano, aplaudido con el capote y la muleta, toreó escuchando música para terminar también de estocada y recibir una oreja, con la que dio la vuelta al ruedo en plan triunfal.
El ecuatoriano Juan José Robalino, vestido de marfil y oro, estuvo alegre y bullidor con el capote y la muleta en su primero, al que mató de estocada y fue premiado con una oreja.
En su segundo enemigo escuchó palmas; puso voluntad, pero el astado, huidizo, no se prestó al lucimiento, por lo que mató con brevedad.
El también ecuatoriano Juan Francisco Hinojosa, que sustituía al diestro Juan Pablo Díaz, vistió de blanco y negro y en su primero estuvo afanoso con el capote y la muleta pero tardó en matar, tras lo cual escuchó palmas.
En su segundo, que cerró el festejo, le tocó un toro manso, por lo que se limitó a cumplir para despacharlo con brevedad, siendo silenciada su labor.
TOROS-ESPAÑA-BARCELONA
Se lidiaron toros de Parladé, el segundo como sobrero, justos de presentación, mansos y de poco juego.
Juan Serrano "Finito de Córdoba": media estocada baja (pitos); y tres pinchazos y estocada (palmas tras un aviso).
Sebastián Castella: estocada (ovación); y estocada y un descabello (una oreja tras un aviso).
Alejandro Talavante: cinco pinchazos, otro hondo y tres descabellos (silencio tras un aviso); y tres pinchazos, otro hondo y dos descabellos (silencio).
En cuadrillas, Juan Montiel y Javier Padilla saludaron montera en mano tras banderillear al cuarto.
La plaza tuvo casi media entrada en tarde agradable.
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Castella llevó a cabo una importante labor a su primero, toro incierto, con el que anduvo firme y decidido desde la misma apertura de faena, con varios pases por alto sin enmendarse. El toro, parado y reservón, tuvo algunas embestidas sueltas por el lado derecho que aprovechó el francés para recetar muletazos de buen trazo.
Se superó Castella en el quinto, al que igual que al anterior, lo toreó muy bien de capote, y con la muleta, a base de apostar y exponer mucho, logró pases por los dos pitones de uno en uno de mucho mérito, aguantando miradas y tarascadas. La oreja se la ganó a ley.
"Finito" no quiso ni ver al toro que abrió plaza, uno de los más potables de todo el encierro, aunque sin llegar a ser tampoco gran cosa y con el que no llegó a ponerse.
Al cuarto lo recibió con bonitas verónicas. La faena de muleta tuvo más entidad que la anterior, sobre todo en el toreo a derechas, por donde dibujó muletazos de cierto aroma, y, sobre todo en los remates. Por el lado izquierdo, el toro no se movió. No acertó "Finito" a culminar su labor con la espada.
Talavante llevó a cabo una actuación anodina en sus dos toros, si bien, el lote que le correspondió fue el menos apto. Ambos astados, mansos, inciertos y parados, no tuvieron ni un pase. Puso empeño el extremeño pero nada de lo que hizo trascendió a los tendidos. Además con los aceros estuvo muy mal.
Se lidiaron toros de Sancho Dávila, desiguales de presentación y desrazados a excepción del buen sexto.
Aníbal Ruiz: estocada (una oreja); y media estocada caída y atravesada (una oreja).
Jeremy Banti: dos pinchazos y estocada atravesada (ovación); y bajonazo (vuelta al ruedo).
Rubén Pinar: estocada y cinco descabellos (una oreja); y estocada desprendida (una oreja).
La plaza tuvo algo menos de un cuarto de entrada.
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DESPACIOSO TOREO DE RUBÉN PINAR
Tarde poco vistosa la de hoy en Manzanares. Tan sólo momentos fugaces de brillantez a cargo de Rubén Pinar, que ofreció la versión más templada y serena de la función, y el capote de un casi desconocido, el francés Jeremy Banti.
Aníbal Ruiz apechó con un lote de muy pocas posibilidades. De su primero, de descompuestas embestidas, poco hay que resaltar aparte de la buena lidia de Vicente Yesteras. Y en el cuarto, que tenía la fuerza justa, el alcazareño porfió en cercanías ante la negativa del toro a embestir.
Jeremy Banti sorprendió por su buen manejo del capote a la verónica. Quiso hacer las cosas bien toda la tarde, y por momentos aislados lo consiguió, sobre todo al llevar con mimo a su flojo primero, y al casi inválido quinto, al que no pudo ni ligar los pases, ni bajarle la mano, pero sí dejar patentes el buen concepto que atesora, elegante y reposado.
Reposo también hubo en los dos trasteos de Rubén Pinar, tanto con capote como con muleta. Alargó el viaje de su primero con despaciosidad y aguantó los parones de su oponente con firmeza, mientras que en el sexto consiguió los mejores pasajes de la tarde por el pitón izquierdo del astado, al que citó y condujo con gran suavidad, aunque aliviándole a media altura al final del muletazo.
Se lidiaron toros de Gavira, bien presentados y de buen juego en conjunto. Los únicos que desentonaron, primero y cuarto.
Manuel Díaz "El Cordobés": dos pinchazos y media estocada (ovación); y estocada (una oreja con petición de la segunda).
Ruiz Manuel: estocada y cinco descabellos (ovación tras dos avisos); y estocada (dos orejas).
Manuel Jesús "El Cid": media estocada y un descabello (una oreja); y estocada y un descabello (una oreja tras un aviso).
La plaza tuvo un tercio de entrada en tarde agradable.
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BUEN TOREO DE RUIZ MANUEL
"El Cordobés" tuvo el lote más incierto de la tarde. A su primero, que renqueaba de los cuartos traseros, le realizó su clásica faena, con un inicio mucho más técnico para buscar después conectar con los tendidos con su particular repertorio.
Con el cuarto, "El Cordobés" fue todo entrega, si bien no pudo redondear la faena por las pocas posibilidades que le ofreció su oponente.
Ruiz Manuel realizó una importante faena a su primero, con el que su acopló desde la misma apertura para torear con especial gusto por los dos pitones. Pero perdió los trofeos por culpa de la espada. Y volvió a estar a gran altura con el quinto, muy firme y sentido. A éste si lo mató a la primera, cortándole las dos orejas.
Lo mejor del "Cid" vino en el sexto, un manso aquerenciado al que el torero plantó cara con la mano izquierda para robarle tandas muy ligadas. Resolutivo con la espada, el público le premió con el trofeo. Con el primero, sin embargo, no llegó a cogerle el aire, instrumentando una labor de muchos altibajos y sin unidad. Pero la amabilidad del público le permitió pasear una oreja.
TOROS-ESPAÑA-FERIA DE SANTIAGO
Se lidiaron toros de Fermín Bohórquez, el sexto como sobrero al devolverse el tercero y correrse turno, con cuajo, bravos y con movilidad, a excepción del manso y "rajado" quinto. El primero quedó inutilizado tras dos rejones de castigo, sin que nadie pidiera su devolución.
Fermín Bohórquez: pinchazo y dos descabellos, echándose el toro (silencio); y rejón (dos orejas).
Pablo Hermoso de Mendoza: rejón caído (dos orejas); y rejón (ovación).
Diego Ventura: pinchazo sin soltar y rejón (dos orejas); y rejón (dos orejas y rabo).
La plaza se llenó en tarde agradable.
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VENTURA CORTA UN RABO VEINTE AÑOS DESPUÉS
Ventura cortó un rabo en Santander después de más de veinte años que se concediera el mismo trofeo a un torero de a pie, Vicente Ruiz "El Soro".
Fue por una faena de más "efectos especiales" que de rejoneo puro, vibrante a más no poder. Con el público metido en el bolsillo desde la misma apertura con los galopes y recortes con "Girasol", hasta un emocionante y variado tercio de banderillas con "Manzanares", pasando por el espectáculo de los mordiscos con "Morante". Labor compacta, rubricada con un fulminante rejonazo.
El tercer toro fue devuelto al partirse el pitón izquierdo por la cepa tras el primer rejón de castigo. Salió el que iba a ser sexto al correrse turno, con el que Ventura hizo un despliegue de espectacularidad y efectismos. Una labor que también tuvo momentos importantes, aunque lo que más llegó a los tendidos fueron los gestos de cara a la galería. Al matar bien, le dieron las dos orejas.
El primero de Bohórquez no dio opciones al haber quedado inutilizado en el primer tercio,a pesar de que todavía lo intentó el rejoneador jerezano.
Pero al cuarto le cuajó una faena de altura, desplegando su toreo sobrio y elegante, marcando muy bien las suertes, clavando certeramente al estribo y deleitando al público sobre todo a lomos del caballo "Bohemio" con el que protagonizó un sobresaliente tercio de banderillas en el que destacó un par a dos manos de mucha torería. Esta vez le sonrió la suerte al matar y cortó dos orejas de peso.
Hermoso instrumentó una primera faena de extraordinaria pureza. Brilló el jinete navarro en todos los tercios, con un toreo templado y mandón. Enceló muy bien las embestidas en sus cabalgaduras, y formó un auténtico alboroto con "Chenel", caballo con el que hizo las delicias de los aficionados en banderillas. Acertó a la primera con el rejón final y paseó dos orejas.
El quinto "se rajó" muy pronto y Hermoso realizó una meritoria faena, en la que todo lo tuvo que poner él, exponiendo y llegando mucho al toro para tratar de encelarlo. Pero fue imposible. El público le reconoció el esfuerzo con una cariñosa ovación
TOROS-ESPAÑA-FERIA DE SAN JAIME
Una oreja cada uno pasearon los novilleros Pedro Marín y Pascual Javier en el festejo que tuvo lugar hoy en Valencia, si bien la actuación del primero de ellos fue la de mayor trascendencia en la tarde.
FICHA DEL FESTEJO.- Cinco novillos de Hermanos Martínez Pedrés y uno, el cuarto, de Salvador Guardiola, bien presentados aunque con desigualdades, los tres últimos con cuajo y hechuras de toros. A excepción del tercero, en el conjunto predominó la nobleza, sobresaliendo el sexto por su bravura y "transmisión".
Pedro Marín: pinchazo hondo, estocada corta y cuatro descabellos (silencio tras aviso); y estocada (oreja tras aviso).
Pascual Javier: estocada caída a capón (oreja con escasos pañuelos, aunque sin protestas en la vuelta al ruedo); y pinchazo y casi media estocada (silencio).
Antonio Hernández: dos pinchazos y estocada barrenando al tiempo de huir (silencio); y pinchazo saliendo trompicado y estocada corta (palmas en la despedida).
En cuadrillas, José Manuel Montoliú saludó tras parear al sexto.
La plaza tuvo media entrada en tarde agradable, aunque con ligeras rachas de viento que se dejaron notar en el ruedo.
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NOVILLEROS POCO HECHOS
Pedro Marín tiene predicamento en Valencia, pues aquí resultó herido de carácter gravísimo en el otoño de hace dos años, y en este mismo escenario, en la reaparición, cinco meses después, alcanzó un notable éxito. Hoy ha firmado los mejores pasajes del festejo.
Su primero dio poco de si, defendiéndose mucho. Marín lo había toreado bien a la verónica, en uno de los pasajes más bonitos que iba a tener la tarde. Pero en la muleta se paró el astado tras una primera tanda a derechas. También contó el viento como dificultad añadida. No obstante, todavía logró el torero algún pase suelto que mereció la pena, ganándole la acción al novillo en el cite al pitón contrario. Al final el fallo a espadas dejó al público sin pronunciarse.
En el cuarto, algún muletazo de buen son, con gusto y temple. Aunque muchas desigualdades a lo largo del trasteo. El novillo, bajo de raza, reservón y sin clase. Fue buena la intención del novillero a pesar de que al conjunto le faltó unidad. Sonó el aviso mientras toreaba. Pero terminó cortando la oreja.
El primero de Pascual Javier tuvo buena condición, y tardó en enterarse el novillero, destemplado y al aire del novillo, que no dejaba de embestir. Siempre fuera de cacho y acompañando las embestidas, Javier dio muchos pases sin dejar ningún poso. Le dieron una oreja que le puede perjudicar más que beneficiar de cara al futuro, pues al fin y al cabo un triunfo en plaza "de primera" le va a crear expectativas que difícilmente podrá alcanzar dado el estilo y ánimo mostrados.
El quinto, rebrincadito al principio, y venido abajo pronto, tuvo pocas pero nobles embestidas. Con menos peligro que el carretón, a Pascual Javier, sin embargo, le sirvió de poco.
Inexplicable lo de Antonio Hernández, novillero ya talludito, con treinta años cumplidos y todavía por aprender el oficio. Se supone que su afición es grande, la única manera de justificar que todavía siga en la lucha.
En Fallas fue herido de carácter grave. Y hoy ha vuelto, quizás por el compromiso de la empresa de darle otra oportunidad que entonces no fue tal. Lo duro es verle en la cara del toro. Incapaz, más que medroso, falto de facultades y atenazado por las dudas, su primera faena fue un constante quiero y no puedo. También el novillo, basto y bronco, tuvo sus dificultades. Y el viento. Demasiadas cosas en contra para Antonio Hernández, que se quitaba cada vez que le venía el novillo.
Sin embargo, sorprendente lo que le hizo al sexto, un buen ejemplar que se desplazaba largo y humillado por los dos pitones. Por un momento fue capaz de quedarse quieto, en dos tandas por el derecho de mucha emoción. Bajó la mano y lo llevó muy toreado. Nada que ver lo anterior con esto.
Pero sin continuidad. El novillo iba todavía mejor por el izquierdo, y ahí no fue capaz el novillero. Sin duda se manejaba mejor ayudándose con la espada. La faena fue a menos, desarme incluido en las postrimerías. Y otra vez, mal al matar.
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