jueves, 23 de julio de 2009

Toros / Toros del Mundo

TOROS-ESPAÑA-FERIA DE SANTIAGO

Oreja a la capacidad de Pinar en otra tarde sin toros






El diestro Rubén Pinar arrancó una meritoria oreja, hoy en la corrida de toros celebrada en Santander, una función en la que volvieron a fallar los toros, mansos a más no poder, imposibles para conseguir el triunfo.









Se lidiaron toros de Antonio Bañuelos, aceptablemente presentados, extremadamente mansos, sin clase y defendiéndose, de escaso juego. Tercero y quinto, que se movieron algo más, sin embargo, "rajándose" también como el resto del encierro.




Francisco Marco: dos pinchazos y estocada delantera (ovación); y
tres pinchazos, media estocada y dos descabellos (ovación tras un aviso).








Daniel Luque: dos pinchazos y estocada atravesada (silencio); y estocada tendida y un descabello (ovación tras un aviso).


Rubén Pinar: estocada (una oreja); y pinchazo, estocada y cuatro descabellos (silencio)

La plaza rozó el lleno en tarde entoldada y con amenaza de lluvia, que finalmente no cayó.

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TOROS MANSOS, OTRA VEZ



Marco fue todo voluntad frente al que abrió plaza, un manso de libro, que se defendió en todo momento, y que incluso llegó a voltear al torero sin consecuencias por dos veces. Puso corazón el hombre, pero sin mayor recompensa que una ovación.

La disposición volvió ser la base de la faena al cuarto, de igual condición que su anterior, al que Marco buscó insistentemente las vueltas pero sin llegar a dominar al animal, que acabó aquerenciado en tablas.

Luque tuvo en primer lugar un manso imposible, que se negó desde un principio, parándose por completo, y con el que no llegó a pasar de las probaturas.

El quinto fue toro que aparentemente parecía "servir", aunque fue un espejismo. Empezó tomando los engaños con buen son en el prólogo de faena, pero también se desfondó pronto. Luque lo toreó bien en los comienzos, pero diluyéndose a medida que avanzaba el trasteo, demasiado encimista, y, sobre todo, muy largo.

El primero de Pinar tuvo la virtud de desplazarse algo más, pero tampoco fue claro del todo. Toro incierto y con poca clase, rematando los viajes con la cara arriba, al que el joven torero instrumentó una labor de capacidad y extraordinaria técnica, asombrosa en un diestro que lleva tan sólo un año de alternativa.

Bonito saludo capotero. En la muleta, el secreto estuvo en el temple y la limpieza de cada pase. Así consiguió Pinar meritorios momentos por el derecho, robando muletazos que el toro no tenía. A la faena le faltó más ajuste y unidad, pero con el toro renunciando por el izquierdo, y a menos, fue complicado. La efectividad con la espada le valió una merecida oreja.

Fue imposible redondear el triunfo en el sexto, toro manso "pregonao", que tras la primera tanda en la muleta "se rajó" por completo. Faena voluntariosa de Pinar, que consiguió pases sueltos de buen aire al hilo de las tablas, pero poco más.




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