MARBELLA El diestro Alejandro Talavante indultó un toro de la ganadería de Zalduendo, un bravo y noble ejemplar, del que le fueron concedidas las dos orejas y el rabo simbólicos, en la corrida celebrada anoche en Marbella, en la sureña provincia de Málaga, festejo que comenzó a las once de la noche y finalizó a las dos menos cuarto de la madrugada.
Se lidiaron toros de Zalduendo, aceptablemente presentados y de juego variado. El mejor, el segundo, indultado, de nombre "Carpintero", número 14, negro de capa y de 485 quilos de peso. Corrida manejable en líneas generales. Juan Serrano "Finito de Córdoba", palmas y palmas. Alejandro Tavalante, que actuó en segundo lugar al tener que salir de viaje hacia Azpeitia (Guipúzcoa) donde torea hoy, domingo, dos orejas y rabo simbólicos, y petición y ovación al abandonar la plaza tras el correspondiente permiso presidencial.
José María Manzanares, ovación y ovación. La plaza tuvo casi tres cuartos. Además de la rotunda faena de Talavante al toro indultado, un trasteo planteado sobre la base el valor, la buena técnica y la exquisita interpretación, hubo también cosas notables por parte de este mismo torero en el quinto, al que pudo haber cortado una o dos orejas más si no lo llega a pinchar. Asimismo Manzanares falló también con los aceros después de sendos trasteos muy lucidos.
El diestro Daniel Luque cuajó una gran faena premiada con dos orejas al último toro de la corrida celebrada hoy en Azpeitia, última de su feria taurina, una función en la que "Manuel Jesús "El Cid", también paseó un trofeo. Se lidiaron toros de Gavira, justos de presentación, pequeños y anovillados, nobles y flojos. Los mejores, primero y quinto. Manuel Jesús "El Cid": estocada trasera y un descabello (ovación); y estocada desprendida (una oreja). Alejandro Talavante: seis pinchazos y estocada entera (ovación tras un aviso); y dos pinchazos, estocada trasera y dos descabellos (silencio tras un aviso). Daniel Luque: estocada y trasera, un descabello y el toro se echa (ovación tras un aviso); y gran estocada (dos orejas). ---------------------
TOROS DE POCA ESTAMPA "El Cid" toreó a su primero algo despegado, en serie s cortas por ambas manos, a media altura para mantener de pie al animal. Faena sin hondura. En su segundo, toro rebrincadito, estuvo con más disposición y entrega para llegar al público. Tandas por ambos pitones de buen trazo. Acertó a la primera con la espada, y cortó una oreja. Talavante protagonizó dos actuaciones marcadas por su personal concepto del toreo, y si bien su primera labor fue un tanto fría y de poco calado en los tendidos; en el quinto, y tras un comienzo de trasteo a base de estatuarios ligados a un pase del desdén y a otro de pecho, tuvo más altura. Pero todo quedó ahí.
El toro acusó sus pocas fuerzas y el trasteo perdió fuelle. Luque realizó a su primer toro una faena de poco calado basada en el toreo en redondo a media altura por el pitón derecho. Al natural fue imposible. El mérito lo tuvo en su segundo toro, que se lo inventó. Faena porfiona, de mucho arrojo e inteligencia. Anduvo con raza y tesón por ambas manos para finalizar metido entre los pitones con un arrimón que llegó mucho al público. La disposición, entrega y la gran estocada le sirvieron para cortar dos orejas y alzarse triunfador absoluto de la Feria.
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El diestro Antonio Barrera cosechó un rotundo triunfo al cortar tres orejas y salir a hombros en la corrida de toros celebrada hoy en Barcelona, y en la que también Eugenio de Mora, que dio una vuelta al ruedo, rayó a importante nivel. Se lidiaron toros franceses de Virgen María, bien presentados, mansos y complicados, de juego deslucido a excepción del buen quinto. El tercero tuvo también cierta nobleza pero sin "transmisión" y apagándose muy pronto. Eugenio de Mora: estocada ligeramente tendida y un descabello (petición y vuelta al ruedo tras un aviso); y dos pinchazos y estocada casi entera (ovación). Antonio Barrera: estocada (una oreja); y gran estocada (dos orejas). Javier Valverde: pinchazo y otro hondo (silencio); y pinchazo y bajonazo (silencio). En cuadrillas, Paco Peña y Pepín Monje saludaron montera en mano tras banderillear al segundo y quinto, respectivamente. La plaza tuvo un cuarto de entrada en tarde de calor soportable.
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GLADIADORES DE LUCES De Mora, que hacía su presentación en Barcelona, tuvo un primer toro que manseó de salida, y que desarrolló peligro en la muleta, probón, "metiéndose" por los dos pitones, corto de viaje y volviéndose.
Firme labor del torero, que no se arrugó en ningún momento, jugándosela de verdad, consiguiendo muletazos de mucho mérito por los dos pitones. La vuelta al ruedo que dio valió tanto como el trofeo que le denegaron. Al cuarto lo saludó con prestancia a la verónica.
Lo cuidó mucho en el caballo. Y comenzó la labor de muleta de rodillas en el tercio. Apostó De Mora por darle distancia y el toro respondió pero sin clase, defendiéndose con un molesto"calamocheo".
Consiguió, no obstante, cosas notables De Mora, firme y entregado, pero el animal, a menos y poniéndose complicado, echó al traste el esfuerzo realizado. El primero de Barrera fue otro manso de libro.
Abanto en el capote, recibió un tremendo segundo puyazo del picador "que hacía puerta", y en banderillas esperó mucho. En la muleta, reservón, "midiendo" y sin humillar, pero se impuso el torero con una poderosa faena basada en el pitón derecho y en la distancia corta, de arrojo y exposición.
Epílogo metido entre los pitones, gran estocada, fulminante, y oreja al canto. Salió a por todas Barrera en el quinto, el mejor toro, al que recetó tres pases cambiados por detrás ligado al de pecho en el inicio. El toro respondió con prontitud, fijeza y por abajo por el derecho y Barrera extrajo cuatro series de muletazos de buen trazo, componiendo bien la figura y gustándose. Faena grande que tuvo oportuno epílogo en las cercanías con manoletinas incluidas de mucho valor. De nuevo agarro un estoconazo, y paseó las dos orejas.
Valverde tampoco tuvo un primer toro claro, que aunque parecía desplazarse algo más en el comienzo de trasteo, lo hizo con la cara natural y sin transmitir nada. Antes había toreado bien Valverde en un saludo de capote a pies juntos. Pero en la muleta, pese a la disposició n del torero, la labor no llegó a coger altura. Lo intentó el hombre, pero el toro comenzó a pararse y a desarrollar sentido, y nada más pudo hacer. El sexto tampoco le dio opciones a Valverde. Desarrolló peligro ya en los dos primeros tercios, y en la muleta no tuvo ni un pase, topando más que embistiendo, si llegar a pasar y defendiéndose mucho. Trasteo sobre las piernas, desacertadamente rubricado con los aceros.
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Los rejoneadores Diego Ventura, que paseó tres orejas y un rabo, y Pablo Hermoso de Mendoza, que cortó dos orejas, salieron a hombros del festejo de la especialidad celebrado hoy en Huelva, notable e injusta diferencia de trofeos ya que los más destacado de la tarde corrió a cargo del navarro.
FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Luis Terrón, bien presentados para lo que es habitual en este tipo de festejo, y de buen juego, acudiendo a todos los terrenos. Joao Moura: pinchazo hondo y dos descabellos (ovación); y pinchazo, rejón y descabello (oreja). Pablo Hermoso de Mendoza: medio rejón en dos tiempos y rejón entero (ovación tras petición); y rejón trasero (dos orejas). Diego Ventura: rejón contrario y caído (oreja); y rejón en tres tiempos (dos orejas y rabo). La plaza se llenó "hasta la bandera" en tarde agradable.
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HERMOSO LO BORDA Y VENTURA ARROLLA
Que Hermoso es el número uno del rejoneo, de ahora y de siempre, es un axioma, una verdad que no necesita demostración. Por su regularidad, su constante evolución, siempre en situaciones triunfales. ¿Haría falta comprobarlo también en los contratiempos? Pues ahí dio hoy el navarro también una medida inigualable.
Torería y raza en límites insospechados, cuando uno de sus caballos estrella, "Chenel", vino a tropezarse en la cara del toro. Llevaron una tremenda paliza montura y jinete. ¡Pero con qué gran capacidad reaccionó Hermoso!. Había lucido "Chenel" elasticidad, valor y astucia en banderillas, en los preparativos y en la ejecución.
Elegancia y arrojo en cambios de frente y otros por dentro. Fueron dos banderillas muy aclamadas, cuando en el inicio de un nuevo cambio vino el tropezón. Rodó "Chenel", y en el suelo también Hermoso la única preocupación de éste era la integridad del equino. Los dos maltrechos y conmocionados.
El caballo para adentro, lógico. Pero Hermoso tardó en salir menos de duraría en montar a "Ícaro", desafiantes ahora los dos, a cobrarse la afrenta, y eso con el toro aún muy entero. En terrenos inverosímiles, tercera y cuarta banderillas.
Otro no va más antes de lucirse también en tres cortas y el adorno del "teléfono". No hubo suerte al matar, con dos intentos, el primero de ellos en dos tiempos. Y faltaron pañuelos. Pero la lección quedó ahí. Y en el quinto nueva demostración. Esta vez iba a ser el jovencísimo potro "Caviar" quien se llevaría los honores.
Un quiebro sin espacio entre toro y caballo, y banderilla arriba. Doble quiebro con pirueta a la salida para la segunda. La plaza se venía abajo. Todavía entró una tercera vez con igual suficiencia, arrebato y torería.
El rejón, a la primera, y las dos orejas. No se dejó ganar Hermoso tan fácilmente la pelea. Moura anduvo certero y limpio en su primero, y aunque siempre a la altura de los estribos, le faltó ajustarse en las reuniones. La faena tuvo poco eco. Más entonado en el cuarto, aunque con notables desigualdades.
Los primeros quiebros muy abiertos y a la grupa, otros más abrochados, incluso atacó una vez muy de frente, aunque sin dejar arriba las banderillas. En la tarea de matar, que para el portugués suele ser un imposible, esta vez se demoró menos. Paseó una oreja fácil. Diego Ventura puso un segundo rejón de más a su primero que hizo que se parara el toro, en banderillas un marmolillo. Prácticamente lo hizo todo el jinete, prodigándose en alardes de cara a la galería alrededor de una estatua.
Sin embargo, "lo vendió" bien, y por matar a la primera cortó la oreja. En el sexto, entusiasmo desbordado con un Ventura que abusó menos de los "efectos especiales", aún sin faltarle las piruetas, algunas tropezadas. Pero tuvieron mérito los cambios de frente.
Emocionante quiebro a caballo y toro parado, muy encima. Y fue abusivo lo de los adornos, hasta el punto de opacar lo verdaderamente importante de su actuación como un par final de cortas a dos manos. Valiente y habilidoso con el rejón final, cuando había pinchazo aguantó en la cara del toro barrenando hasta que entró el acero. Desmesurada petición de rabo finalmente concedido.
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