El matador de toros español Javier Castaño no tuvo suerte en la primera corrida de la feria de Teziutlán, en el sureño estado de Puebla, mientras que los mexicanos Federico Pizarro y "Jerónimo" se repartieron cinco orejas y un rabo para salir a hombros del coso.
Con media entrada en los tendidos se lidiaron seis toros de Xajay, buenos en líneas generales y destacaron el cuarto y quinto, con vuelta al ruedo al ganadero en éste último.
Pizarro, tuvo una completa actuación, en el primero muy torero obtuvo una oreja y se superó en el cuarto para dos más.
"Jerónimo", con el segundo destellos para saludar en el tercio y con el quinto dos orejas y rabo.
Castaño, sin suerte en el sorteo, dibujó buenos momentos y fue ovacionado en el tercero y sexto.
El novillero japonés Taira Nono
corta una oreja en su debut con picadores
El novillero japonés Taira Nono debutó hoy con picadores en el festejo celebrado en la plaza de Torremolinos (sur), donde su faena le hizo merecer una oreja.
En la corrida de la plaza andaluza, en la que Nono hizo cartel con Pablo Belando, se lidiaron cuatro novillos de Gerardo Ortega, correctos de presentación y manejables.
Pablo Belando, ovación y oreja.
Taira Nono, oreja y ovación.
La plaza registró un tercio de entrada, en una tarde agradable.
Nono, de 36 años, trabajaba en un mercado de Tokio cuando, viendo un reportaje de toros en televisión, tomó la decisión de venir a España para convertirse en matador de toros.
En enero de 1997 y en el mismo aeropuerto del que partió compró una revista taurina para saber dónde se celebraba el próximo festejo, por lo que su primer destino fue Lucena del Puerto (Huelva, sur).
En Huelva fue acogido por una familia y comenzó a emprender los primeros lances junto a jóvenes aspirante onubenses en la Plaza de la Merced, hasta que un año más tarde se inscribió en la Escuela Taurina de Huelva, alternando su afición con el trabajo en campañas agrícolas para ganarse la vida.
Nono es el segundo novillero japonés que pisa la arena dorada de los alberos españoles.
Años atrás, en 1995, Atsuhiro Shimoyama, que había tomado el nombre artístico de "El Niño del Sol Naciente", vio truncado su sueño de llegar a ser torero cuando en su estreno en Sevilla un novillo le dio un revolcón que le dejó parcialmente paralítico.
Los novilleros Javier Herrero y Arturo Saldívar realizaron lo más destacado de la final del certamen de novilladas nocturnas celebrada hoy en Las Ventas, si bien el primero de ellos dio una vuelta al ruedo con el novillo más potable, el segundo demostró valor y buenas formas con el peor lote.
FICHA DEL FESTEJO.- Novillos de Alcurrucén -segundo, cuarto y sexto con el hierro de Lozano Hermanos, de la misma casa ganadera-, bien presentados, mansos y parados, de poco juego en general a excepción de los manejables primero y cuarto.
Javier Herrero: pinchazo hondo y tres descabellos (ovación tras un aviso); y estocada (dos avisos y vuelta al ruedo tras fuerte petición).
Arturo Saldívar: estocada casi entera (ovación); y pinchazo y estocada (silencio).
José Miguel Navarro: estocada tendida (ovación); y media estocada y veintisiete descabellos (silencio tras un aviso).
Al término del festejo, el jurado del certamen proclamó como triunfadores a Javier Herrero y Arturo Saldívar, que además de compartir premio, ambos serán contratados para la próxima Feria de Otoño.
La plaza tuvo media entrada en tarde noche de agradable temperatura.
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HERRERO Y SALDÍVAR REAFIRMAN SU PROYECCIÓN
No fue novillada propicia para una final. Los utreros de Alcurrucén, muy parados y a la defensiva, no dieron ningún desahogo a una terna de jóvenes espadas, que pese a todo, anduvieron muy correctos, especialmente Javier Herrero, que tuvo el lote más apto y dejó muestras de buen toreo; pero también el mexicano Saldívar, con un derroche de valor y capacidad. Ambos, a la postre, triunfadores del certamen.
Herrero realizó una primera faena un tanto intermitente. Puso entrega el segoviano, pero tardó en acoplase con un prólogo demasiado acelerado y eléctrico en el toreo fundamental a derechas. Mejor en las postrimerías, más reposado, sobre todo en una tanda por ese mismo lado de mucho temple y parsimonia.
Con el cuarto realizó lo más destacado de su actuación, con una labor que tuvo especial importancia por el lado derecho. Instrumentó varias tandas de derechazos ligados y por abajo en el mismo centro del ruedo, de cierta enjundia. Por el izquierdo no quiso el novillo y la faena bajó enteros, desarme incluido.
Entró la espada a la primera, pero el puntillero se encargó de deslucirlo todo, levantando hasta tres veces al novillo, dando tiempo a que sonaran dos avisos. No obstante, hubo fuerte petición de oreja, que incomprensiblemente el presidente no concedió. Al final tuvo que conformarse con una vuelta al ruedo.
Saldívar tuvo un primer novillo muy parado y que se que quedaba muy corto. Pese a ello hilvanó el mexicano dos series por el pitón derecho al hilo de las tablas de mucho mérito, quedándose muy quieto y "tragando" mucho en emocionante arrimón final.
Con el quinto, más de lo mismo. Novillo muy apagado con el que Saldívar se mostró muy por encima. Valor y mucha disposición de este torero, que pese a lo poco que pudo lucirse, demostró capacidad y dimensión, como siempre que ha toreado en Las Ventas.
Lo único destacable de José Miguel Navarro, que entró en la final en sustitución del lesionado "Tomasito", vino en su primero, al que lanceó bien a la verónica y con el que estuvo correcto técnicamente en la faena de muleta, pues tiró bien de un novillo que no tenía nada, muy reticente a embestir, protestando nada más presentarle los engaños.
En el sexto llevó a cabo un trasteo tan largo como anodino. No dijo nada Navarro con este novillo, que tampoco fue propicio. Además pasó un calvario con los aceros. ¡Hasta veintisiete golpes de verduguillo necesitó!. Todo un récord del que nadie se acordará en un futuro.
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